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Los científicos alertan por la muerte masiva de peces y especies en peligro de extinción en el río Amazonas

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

El río Amazonas es uno de los lugares con mayor biodiversidad del planeta. Se estima que alberga cerca del 10% de todas las especies conocidas en la Tierra, un territorio donde destacan peces de enorme variedad y los llamativos delfines rosados.

Dentro de este ecosistema tan amplio y variado, cualquier variación puede desencadenar un efecto directo en su equilibrio, y los científicos advierten que numerosas especies acuáticas y miles de peces podrían estar en un peligro real de desaparecer si estas alteraciones continúan.

Los científicos alertan de un riesgo real para los peces y las especies vulnerables del Amazonas

El estudio dirigido por Ayan Santos Fleischmann junto a un equipo internacional, analiza lo ocurrido durante la gran sequía y la fuerte ola de calor de 2023. En 10 lagos del Amazonas central encontraron temperaturas inusualmente altas.

Cinco de ellos superaron los 37 ºC durante el día, y el caso más extremo fue el lago Tefé, donde toda la columna de agua alcanzó los 41 ºC. Los habitantes afirmaron que apenas podían mantener la mano sumergida unos segundos por el calor.

Los peces fueron los primeros en notar el impacto. La mayoría de las especies amazónicas viven dentro de un rango térmico muy estrecho, ideal entre 22 ºC y 30 ºC.

Cuando el agua sobrepasa esos valores, su metabolismo se descontrola. A 40 ºC las enzimas dejan de funcionar, el oxígeno disuelto cae y los peces se quedan sin capacidad para respirar. Esa combinación provoca un colapso fulminante, y por eso miles de ejemplares terminaron apareciendo muertos y flotando en la superficie.

Efectos del calor extremo en los peces y especies vulnerables del Amazonas

Los pescadores de Coari relataron que perdieron más de 3.000 peces en una sola noche en sus estanques de cría, principalmente tambaquí y pirarucú, dos de las especies más habituales en la región. En los lagos naturales la mortandad fue aún más devastadora, porque además de la temperatura extrema, la profundidad se redujo notablemente.

Zonas que solían tener más de dos metros quedaron en apenas medio metro, lo que aceleró el calentamiento. Asimismo, la ausencia de viento impidió que el agua liberara calor durante la noche.

Por otro lado, el agua se enturbió a medida que los sedimentos del fondo subían a la superficie. Esa mezcla densa impidió que los lagos perdieran algo de calor durante la noche, y al llegar la mañana seguían casi tan calientes como el día anterior.

El resultado fue una sucesión de jornadas con temperaturas extremas que dejó sin margen de adaptación a los peces y a otras especies sensibles, como los delfines rosados, de los que se encontraron más de 200 cadáveres en poco más de un mes en el lago Tefé.

Qué especies del Amazonas son más vulnerables

En esa franja vulnerable aparecen muchas especies que ya estaban en riesgo antes de este suceso. No sólo hablamos del delfín rosado o del manatí, también la nutria gigante, el pirarucú y ciertas tortugas de agua dulce dependen de condiciones estables para sobrevivir.

Tras el episodio de 2023, los científicos insisten en que los peces y el resto de la fauna acuática dependen de un equilibrio muy delicado. Por eso piden un seguimiento más preciso en los lagos amazónicos, ya que cualquier alteración se nota de inmediato en especies que sostienen a miles de familias y forman parte esencial de uno de los ecosistemas más valiosos del planeta.