La curiosa relación entre la vigilancia en las carreteras y los accidentes de tráfico

Cada vez que vemos un agente de la Guardia Civil cuando estamos al volante en nuestras carreteras ponemos tiesas las orejas y nos afanamos en cumplir con la normativa vigente de tráfico. ¿Verdad? A todos nos pasa. Lo que no se había cuantificado hasta ahora es el efecto real que tiene este tipo de vigilancia respecto a los accidentes de tráfico, una duda de la que podemos salir ahora gracias a un estudio llevado a cabo por la Fundación Mapfre, en colaboración con la Universidad de Sevilla y la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.

Según los datos obtenidos, la presencia de más agentes en las carreteras provoca una reducción del número de accidentes. Concretamente, según aumentan los efectivos en un 10%, los siniestros y sus víctimas descienden en un 5,3%. Aunque sea por la política del miedo que infunden en nosotros los agentes, su presencia nos hace cumplir con la normativa y, por tanto, evitar males mayores.

Otro de los puntos que toca el citado informe es el de los radares. ‘Por su seguridad’ es lo que rezan las señales que los anticipan. En muchos casos tenemos dudas de que ésa sea su verdadera intención, pero lo cierto es que los datos respaldan esta afirmación. El estudio nos dice que un aumento del 10% de los radares deriva en un descenso del 4% de las víctimas mortales por accidentes de tráfico. Esto se hace especialmente palpable en las zonas donde la velocidad es un riesgo real, por el carácter disuasorio que tienen. De hecho, este tipo de dispositivos son más efectivos incluso que los controles de alcohol y drogas.

De esta manera se concluye acertadamente que la supervisión de las autoridades con el objetivo de que los conductores cumplamos con la normativa de tráfico es eficaz, hasta el punto de que ayuda a conservar vidas. Además, se recomienda aumentar el número de efectivos humanos en las carreteras, tanto en puntos de vigilancia como en coche, ya que la saturación de agentes en las carreteras españolas es algo que aún está lejos de suceder.