Toyota uBox, el futuro de la juventud

No es más que un prototipo, pero nos sirve para hacernos una idea del tipo de coches que conducirán en el futuro los más jóvenes según Toyota. Hablamos del uBox, un vehículo innovador y flexible que pretende atraer a la próxima generación de compradores de vehículos, que la marca japonesa denomina como la Generación Z -nacidos desde principios de los 90 hasta finales de la primera década de los 2000-. El cliente tipo del uBox es un joven emprendedor que busca un vehículo que le resulte útil para actividades recreativas durante el fin de semana pero que también pueda ofrecerle un espacio de oficina u otros usos profesionales o personales durante la semana.

Con el Toyota uBox nos encontramos ante un vehículo de diseño exterior audaz, juvenil e inconfundible, a lo que se une un interior versátil que puede reordenarse para distintas actividades, desde trabajar hasta transportar cargas voluminosas. La baja altura del suelo permite montar unos asientos reconfigurables y extraíbles sobre unos raíles deslizantes, que pueden estar integrados en el piso. Por otra parte, las rejillas de ventilación, los contornos de las pantallas del salpicadero y los acabados de las puertas se pueden personalizar y materializar con tecnología de impresión 3D, y existe una comunidad en línea para que los propietarios puedan compartir ideas de diseño.

Contaremos también con un motor compacto, totalmente eléctrico y de doble uso, que ofrece una conducción dinámica y energía sin emisiones para alimentar aparatos electrónicos y todo tipo de dispositivos, a través de varias tomas de 110 V situadas en el interior y el exterior.

Una característica en particular que atrajo la atención de Craig Payne, Director del Programa Ejecutivo de Toyota North America, fue la técnica exclusiva de pultrusión -un tipo de proceso productivo de materiales plásticos- desarrollada por los alumnos. Fue empleada para unir unos raíles de fibra de carbono compuesto con aluminio para soportar el techo curvo de cristal.

La pultrusión del techo fue algo inesperado y muy interesante cuando empezaron a hablarnos del prototipo”, comenta Payne, que apunta además que “el hecho de que, como alumnos, pudieran concebir una técnica de fabricación nunca vista en el sector dice mucho de este programa”.

Paul Venhovens, catedrático de Integración de Sistemas de Automoción en el CU-ICAR, afirma que “la colaboración con Toyota fue tremendamente fructífera. El equipo directivo de Toyota desafiaba constantemente a los alumnos a justificar sus decisiones de diseño e ingeniería a partir de la esencia de la marca, los clientes reales y lo que ellos creían que depararía el futuro. Se trata experiencia que, sencillamente, no se aprende en los libros de texto”.