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¿Por qué se pelean gatos y perros?

La convivencia entre diferentes especies no es siempre lo buena que deseamos. En este sentido, ¿por qué se pelean gatos y perros?

El refrán “como perros y gatos” es tan famoso que ha inspirado una franquicia de películas hollywoodienses. Pero, ¿te has preguntado por qué se pelean gatos y perros? ¿Será cierto que se odian por naturaleza? O quizá somos nosotros, humanos, que no tenemos suficiente conocimiento sobre el lenguaje y el comportamiento de estos animales para entender cómo se producen estos conflictos… Aquí intentaremos aclarar las principales razones por las que suelen pelearse gatos y perros.

¿Realmente perros y gatos se odian por naturaleza?

No hay evidencias científicas que apunten a un natural odio entre gatos y perros. Todo lo contrario… El Journal of Veterinary Behaviour publicó una encuesta impulsada por la Universidad de Lincoln, de la cual participaron 748 hogares europeos, estadounidenses, canadienses y australianos.

El principal objetivo era constatar si los tutores identificaban alguna dificultad o complicación específica en la convivencia entre perros y gatos. Y los resultados van en la dirección contraria de lo que afirma el clásico refrán. Más de 80% de los tutores contestaron que sus mascotas se sienten muy cómodas compartiendo su rutina. Tan solo 3% ha indicado que sus perros y gatos suelen llevarse mal.

Pero, entonces, ¿por qué se pelean gatos y perros?

Esta es la pregunta clave, para la cual no podemos dar una sola respuesta. Porque como cada gato y cada perro es dotado de una personalidad única, pueden pelearse por diferentes motivos, en distintas circunstancias.

Factores internos o naturales

Los investigadores de Lincoln identificaron que la mayoría de los conflictos se inician a partir de comportamientos hostiles de los gatos. Probablemente, ello está relacionado a que los felinos tienden a ser solitarios y más independientes que los perros. Por ello, es natural que tengan una necesidad más fuerte de remarcar y proteger su territorio. Al igual que demuestren mayor dificultad o necesiten más tiempo para adaptarse a la presencia de otro individuo en su ambiente. En ambos casos, el felino intenta evitar que extraños pongan en riesgo su bienestar.

Los expertos también apuntan para posibles malos entendidos entre las especies por diferencias en su lenguaje corporal. Las mismas posturas y acciones pueden tener significados muy diferentes, o incluso contrarios, en el comportamiento de perros y gatos.

El hecho de menear de cola y la posición del lomo son los ejemplos más evidentes. Un perro agita la cola cuando está feliz y excitado. Pero los gatos suelen hacerlo cuando están tensos, enfadados o preocupados. Mientras los perros levantan el lomo generalmente cuando se preparan para defenderse o atacar, el gato lo hace principalmente cuando desea recibir caricias.

Factores externos

Los factores externos también influyen en la relación de perros y gatos. El ambiente y la educación proporcionados por los tutores son determinantes para una buena convivencia. En este sentido, una correcta socialización de cada individuo resulta fundamental para propiciar interacciones positivas.

También es indispensable que cada animal tenga sus propios objetos y espacios de descanso, alimentación y entretenimiento. Ello disminuye significativamente las probabilidades de peleas por territorio y protección de recursos.

En resumen…

Hay diferentes razones porque se pelean gatos y perros, pero no se constata una tendencia natural al odio entre estos animales. La socialización, un ambiente positivo y bien planificado, y el respeto al tiempo de adaptación de cada mascota, son las claves para evitar conflictos.

Ahora que ya sabes porque se pelean gatos y perros, te invitamos a continuar aprendiendo sobre el comportamiento de estas especies. Haz clic aquí y no dejes de leer nuestros mejores contenidos sobre mascotas.