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No es tierra ni suciedad: el aviso urgente de los veterinarios si ves esto en los pelos de tu perro

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Quienes convivimos con un perro sabemos muy bien que su bienestar depende en gran medida de la atención que le prestamos a diario, y esto incluye revisar exhaustivamente su pelaje. Un simple detalle en los pelos del perro, como unos puntitos negros que a primera vista parecen tierra, puede ser la primera señal de que nuestro compañero de cuatro patas tiene una infestación de pulgas. Este hallazgo, que suele aparecer especialmente en la base de la cola y la zona alta del lomo al cepillar o acariciar al animal, es fundamental para detectar la presencia de estos parásitos antes de que sea demasiado tarde.

Lo primero que debemos tener en cuenta es que esos puntitos negros que parecen tierra no son simplemente polvo que se ha adherido a los pelos del perro durante el paseo. En realidad, son heces de pulga, compuestas en su mayor parte por sangre digerida. Por este motivo, si colocamos uno de estos puntitos sobre una servilleta húmeda, comprobaremos que se tiñe de color rojo o marrón. Ésta es la prueba definitiva de que estamos ante una infestación de pulgas. Una vez llegados a este punto, es esencial actuar cuanto antes, ya que pueden desencadenar problemas graves.

¡Cuidado si ves esto en los pelos del perro!

Una de las primeras preguntas que nos vienen a la mente es la razón por la que es más fácil ver los excrementos de las pulgas que a las pulgas mismas. Éstas son diminutas, con apenas dos o tres milímetros de longitud, y se mueven por el pelaje a gran rapidez. En cambio, las heces quedan atrapadas en los pelos del perro.

Uno de los problemas más habituales que provoca la infestación de pulgas es la dermatitis alérgica, que se manifiesta en forma de costras, enrojecimiento y pérdida de pelo. Cuando la infestación es severa, sobre todo en cachorros, la pérdida constante de sangre puede provocar anemia, e incluso poner en peligro la vida del animal. Asimismo, las pulgas actúan como portadoras del Dipylidium caninum, una tenia que puede afectar tanto a perros como a personas.

No debemos olvidar que las pulgas pueden saltar hacia nosotros y otros animales del hogar. Aunque no se reproducen en humanos, generan ronchas que producen una gran picazón y resultan muy molestas. Además, al ser vectores de parásitos intestinales, representan un riesgo de zoonosis (enfermedades que se transmiten de animales a humanos).

Cómo actuar

Una infestación puede comenzar de manera silenciosa, pero en pocos días multiplicarse hasta comprometer la salud del perro. Por eso, conviene saber cómo abordar el problema.

En primer lugar, debemos llevar al animal al veterinario, quien valorará el grado de infestación y nos recomendará el antiparasitario más adecuado según diferentes factores, como la edad del perro, su peso corporal, su estado general de salud, convivencia con otros animales en casa y posibles alergias. Además, el veterinario puede confirmar si presenta alguna complicación asociada, como dermatitis o anemia.

Un error muy frecuente es pensar que basta con aplicar un antiparasitario al perro para acabar con el problema, pero las pulgas también depositan sus huevos y larvas en el entorno: camas, alfombras, sofás, grietas del suelo y hasta en el coche.De hecho, se estima que sólo el 5 % de las pulgas de una infestación están sobre el perro. Por eso, la desparasitación del hogar es tan importante como el tratamiento del animal.