Cuidado si tu gato está engordando: los veterinarios advierten que esto puede ser peligroso
Tener un gato en casa suele ser sinónimo de alegría, compañía y momentos entrañables. Muchos dueños disfrutan ver a sus felinos comer con apetito y ganar peso. Sin embargo, lo que para algunos parece ser una muestra de «buena vida», puede esconder un problema serio: el sobrepeso en gatos no es simplemente una cuestión estética, sino una señal de alerta que debe tomarse en serio.
La obesidad felina es más común de lo que se piensa, y sus consecuencias pueden afectar gravemente la calidad y esperanza de vida del animal. La mayoría de las personas no nota el aumento de peso de su gato hasta que es demasiado tarde. Por eso, los veterinarios insisten en la importancia de la prevención, observación y, sobre todo, la conciencia de que los gatos, al igual que los humanos, pueden sufrir enfermedades asociadas al exceso de grasa corporal.
¡Atención si tu gato está subiendo de peso!
A diferencia de los perros, los gatos son animales que pasan la mayor parte del día descansando. Su naturaleza cazadora ha sido reemplazada, en gran parte, por una vida doméstica donde no necesitan esforzarse para obtener comida. El resultado es evidente: muchos gatos comen más calorías de las que queman, y esto se traduce en un aumento de peso paulatino que a menudo pasa desapercibido.
Además, hay otro factor que juega en contra: la esterilización. Aunque es una intervención necesaria y muy recomendada, los gatos esterilizados tienden a reducir su actividad física y a aumentar su apetito. Esto no quiere decir que haya que evitar esterilizarlos, pero sí que debemos ajustar su dieta y fomentar más movimiento tras la operación.
¿Cuándo se considera que un gato tiene sobrepeso u obesidad?
En términos veterinarios, un gato tiene sobrepeso cuando supera en un 10 a 20% su peso ideal. Si ese exceso es mayor al 20%, ya hablamos de obesidad. Por ejemplo, si un gato debería pesar 4 kilos y ya ronda los 5,5 o más, es hora de preocuparse.
Existen métodos caseros para identificar si tu gato está por encima de su peso normal. Puedes palpar sus costillas: si apenas las sientes o tienes que presionar para notarlas, es probable que tenga exceso de grasa. También puedes observarlo desde arriba; si ha perdido la forma de «reloj de arena» y se ve completamente redondeado, es una señal clara.
Enfermedades asociadas al exceso de peso en gatos
El sobrepeso en los gatos no solo afecta su movilidad y energía, sino que puede desencadenar una serie de enfermedades crónicas. Una de las más comunes es la diabetes mellitus, especialmente en gatos mayores. Al igual que en humanos, esta enfermedad requiere controles constantes, alimentación específica y, en algunos casos, inyecciones de insulina diarias.
Otra condición frecuente es la enfermedad hepática o lipidosis hepática felina. Cuando un gato con sobrepeso deja de comer, su cuerpo comienza a utilizar la grasa como energía, lo que puede sobrecargar el hígado y generar un cuadro clínico grave.
También se ha relacionado la obesidad con problemas articulares, como la artritis, debido al peso excesivo que recae sobre las extremidades. Incluso los sistemas respiratorio y cardiovascular se ven comprometidos, reduciendo la capacidad pulmonar y aumentando el riesgo de problemas cardíacos.
Cambios de conducta y calidad de vida
Además de las afecciones físicas, el exceso de peso afecta el comportamiento del gato. Muchos se vuelven más sedentarios, juegan menos, se acicalan con menos frecuencia (o dejan de hacerlo por completo), y eso puede generar problemas dermatológicos o estrés. Un gato que no se limpia adecuadamente puede desarrollar infecciones en la piel, mal olor y acumulación de grasa.
También es importante destacar que el sobrepeso afecta directamente la calidad de vida del animal. Un gato que no puede correr, saltar o jugar como antes, es un gato que no está disfrutando plenamente su vida. Y si bien los gatos son maestros del disimulo, el dolor o malestar muchas veces se refleja en conductas como la irritabilidad, el aislamiento o la pérdida de apetito.
¿Cómo ayudar a un gato con sobrepeso?
Lo primero que hay que hacer es consultar al veterinario. No se recomienda nunca poner a dieta a un gato sin supervisión, ya que una reducción brusca de calorías puede ser peligrosa. El profesional determinará el peso ideal del animal y propondrá un plan gradual para alcanzar ese objetivo.
Una de las estrategias más efectivas es cambiar a un pienso bajo en calorías pero alto en proteínas, diseñado especialmente para gatos con sobrepeso. Además, es fundamental controlar las porciones: no basta con dejar la comida disponible todo el día, ya que eso fomenta el picoteo constante.
Incorporar el juego diario es otra herramienta clave. Utiliza juguetes interactivos, pelotas, varitas con plumas, o incluso esconde comida en lugares estratégicos para obligarlo a moverse. También hay comederos especiales que hacen que el gato tenga que «trabajar» para conseguir su comida, lo que lo mantiene activo física y mentalmente.
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