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Alerta urgente para los dueños de los perros: las nuevas larvas que ya infectan a los humanos

Estas larvas pueden causar lesiones en la piel de los humanos

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

¿Sabías que algunos parásitos caninos están desarrollando resistencia a los tratamientos habituales? Éste es el caso de los anquilostomas, también conocidos como nemátodos, cuyas infecciones afectan tanto a los perros como a los humanos. Un estudio realizado en Australia ha puesto en evidencia que el nivel de resistencia a los medicamentos antihelmínticos en estos parásitos está creciendo, lo que representa una amenaza tanto para la salud animal como para la salud pública.

Según los investigadores, los anquilostomas caninos provocan problemas graves como anemia, diarrea y desnutrición en las mascotas, pero lo más alarmante es que también pueden infectar a los humanos al entrar en contacto con piel expuesta. La resistencia a los tratamientos tradicionales, como los basados en benzimidazol, está dificultando el control de estas infecciones.

El problema de los anquilostomas y su resistencia a los fármacos

Los anquilostomas son parásitos gastrointestinales que afectan principalmente a perros y gatos. Estos nemátodos se adhieren al intestino delgado, donde se alimentan de sangre, lo que provoca en las mascotas una serie de síntomas como fatiga, pérdida de peso y, en casos graves, anemia severa. En humanos, el parásito puede causar una afección conocida como larva migratoria cutánea, caracterizada por una erupción en forma de serpentina, picor intenso y ampollas.

El profesor Swaid Abdullah, de la Universidad de Queensland, señala que el aumento de casos de resistencia a los fármacos antihelmínticos está generando gran preocupación. Durante años, los medicamentos basados en benzimidazol han sido la primera línea de defensa contra los anquilostomas, pero su efectividad está disminuyendo debido al uso frecuente y, en algunos casos, al abuso de estos tratamientos.

Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Queensland y la Universidad de Sidney analizó muestras de más de 100 perros de Australia y Nueva Zelanda. Los resultados revelaron que casi el 70% de las muestras presentaban mutaciones genéticas asociadas con resistencia a los fármacos antihelmínticos. Estas mutaciones se encontraron incluso en especies de anquilostomas que anteriormente no mostraban signos de resistencia.

Transmisión a humanos

La transmisión de estos parásitos a humanos ocurre principalmente al entrar en contacto con suelos contaminados con heces de perros o gatos, lo cual puede ocurrir, por ejemplo, en parques y jardines. Una vez que las larvas penetran la piel humana, comienzan a desplazarse bajo la epidermis, causando lesiones.

Según la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, los casos de larva migratoria cutánea han aumentado en España en los últimos años, convirtiendo lo que antes se consideraba una enfermedad tropical en un problema endémico.

Consecuencias

La propagación de anquilostomas resistentes representa una amenaza significativa para la salud pública. En los perros, la infección puede llevar a un deterioro rápido de su salud, especialmente en cachorros y animales inmunodeprimidos. Para los humanos, el riesgo de infección aumenta en entornos donde las mascotas no están adecuadamente desparasitadas.

Además, la resistencia a los medicamentos implica que los tratamientos tradicionales puedan fallar, lo que podría requerir el desarrollo de nuevos fármacos más caros y con posibles efectos secundarios más graves. Esto no sólo afectaría a nivel individual, sino que también tendría implicaciones en el ámbito económico y sanitario a nivel global. Ante este panorama, los expertos sugieren varias estrategias para controlar la resistencia a los fármacos:

Prevención

Los propietarios de mascotas juegan un papel crucial en la prevención de la propagación de anquilostomas. Algunas medidas que pueden tomar incluyen recoger siempre las heces de sus mascotas, especialmente en lugares públicos. Asimismo, deben mantener un calendario de desparasitación acorde con las recomendaciones del veterinario.

Por otro lado, tienen que evitar que, en la medida de lo posible, los perros y gatos entren en contacto con suelos potencialmente contaminados. Finalmente, los expertos recomiendan lavarse adecuadamente las manos después de manipular a las mascotas o sus accesorios.

En definitiva, la resistencia de los anquilostomas a los medicamentos actuales es un problema que exige atención inmediata. Tanto los veterinarios como los propietarios de mascotas deben adoptar medidas proactivas para controlar esta situación y proteger la salud de los animales y los humanos. La implementación de tratamientos más dirigidos, la educación y la vigilancia constante son esenciales para combatir la propagación de estos parásitos resistentes. La colaboración entre expertos en salud animal y pública será clave para enfrentar este desafío de manera efectiva.