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Alerta total de una veterinaria a todos los que tienen perro: «Jamás le daría…»

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El hecho de dar huesos a los perros siempre se ha considerado algo normal. Sin embargo, la veterinaria y divulgadora María (@mariavetican) señala que esta costumbre puede ser extremadamente peligrosa. Su mensaje es claro: «jamás le daría huesos cocinados a un perro». La preocupación de la expertas surge porque los huesos cocinados pueden astillarse fácilmente, y estas astillas pueden provocar perforaciones en el aparato digestivo, y obstrucciones intestinales.

Cuando un hueso se cocina, se vuelve mucho más frágil y quebradizo. Teniendo esto en cuenta, es fácil que cuando el perro lo muerde, se rompa en decenas de astillas, las cuales pueden cortar la mucosa de la boca o la garganta e incluso atravesar el estómago o los intestinos. María explica que el riesgo aumenta especialmente con los huesos pequeños o medianos de aves, como los de pollo o pavo, que se astillan con facilidad y son lo suficientemente pequeños como para que el perro se los trague enteros. Por eso, «compartir las sobras de la comida» puede resultar mucho más peligroso de lo que muchos dueños piensan.

¡No le des esto a tu perro!

@mariavetican Por si en la comidas navideñas te da por darle huesos a tu perro, esta es mi opinión como veterinaria sobre el tema 🐶🦴⚠️ #huesosperro #losperrospuedencomerhuesos #darhuesosaunperro #consejosveterinarios #advertencia #peligro #urgenciasveterinarias #cuidadosperro #consejosperrunos ♬ sonido original – María VetiCan

Dar huesos a los perros es una práctica que muchos consideran normal. Sin embargo, pueden causar problemas graves en la salud de las mascotas. Uno de los riesgos más importantes es la perforación del aparato digestivo. Cuando un hueso se astilla, las puntas afiladas pueden dañar la boca, la garganta, el estómago o los intestinos del animal. Además, los huesos cocinados pueden causar obstrucciones intestinales, que bloquean el tránsito de los alimentos y generan inflamación, vómitos y dolor abdominal intenso.

Para aquellos dueños que quieren ofrecer un hueso a su mascota a modo de recompensa, María recomienda únicamente los «huesos recreativos». Estos deben ser grandes, crudos y previamente congelados, de forma que el perro solo pueda roerlos, pero no tragarlos. Además, su uso debe limitarse a sesiones cortas, generalmente no más de 30 minutos por semana, y siempre bajo supervisión del dueño.

Masticar estos huesos reduce la acumulación de placa dental y sarro, por lo que promueve la limpieza dental. Además, fortalece los músculos asociados a la masticación y fortalece la mandíbula. A esto hay que sumar que esta actividad entretiene a los perros, estimulando su mente y, por ende, evitando los comportamientos destructivos que se derivan del aburrimiento.

Los perros que siguen la dieta BARF pueden comer huesos carnosos crudos y congelados, pero siempre bajo control veterinario. Cabe recordar que los huesos no son imprescindibles para una alimentación saludable y equilibrada.

Alternativas seguras

Una de las primeras opciones recomendadas por los expertos son las carnes magras y los pescados cocidos, siempre sin espinas ni huesos; aportan proteínas de alta calidad y son fáciles de digerir. Ahora bien, hay que ofrecerlos en porciones controladas y dentro de una dieta equilibrada, evitando excesos de grasa o sal.

Muchas frutas y verduras son snacks naturales y seguros para perros. Algunas de las opciones más populares son las manzanas, las peras, los calabacines y las zanahorias. Estos alimentos aportan un amplio abanico de nutrientes que cuidan la salud del sistema digestivo y fortalecen el sistema inmunológico, como fibra, antioxidantes y vitaminas. Además, masticarlos reduce la acumulación de placa y sarro, así que favorecen la limpieza dental.

En el mercado podemos encontrar multitud de snacks deshidratados para perros, los cuales ofrecen una textura muy similar a la de los huesos, pero sin los riesgos que estos conllevan. Para que realmente cumplan su función, los veterinarios insisten en la importancia de  elegir productos de buena calidad, sin aditivos químicos ni conservantes nocivos, y ofrecérselos como premio de forma ocasional.

El kéfir y el yogur natural son opciones interesantes para perros. Estos productos aportan probióticos, que favorecen la salud intestinal y fortalecen el sistema inmunológico.  Es importante introducir los lácteos fermentados gradualmente, observando cualquier signo de intolerancia digestiva, como diarrea o gases.

Otra alternativa segura son las comidas enlatadas diseñadas para perros, que proporcionan todos los nutrientes esenciales en una sola ración, incluyendo proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales. Además, son fáciles de digerir. Son ideales para perros con problemas dentales o digestivos, o para aquellos que necesitan un alimento húmedo más apetecible y fácil de masticar.

Estas alternativas seguras no sólo eliminan los problemas asociados a los huesos, los cuales se pueden astillar y provocar problemas de salud muy graves, sino que también aportan nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento del organismo de los perros, como proteínas, fibra, vitaminas y minerales. Además, estas opciones ayudan a prevenir problemas dentales, estimulan la mente y fomentan hábitos saludables.

En conclusión, aunque los huesos pueden parecer buenos para los perros, su riesgo supera ampliamente los posibles beneficios.