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Ataques de hambre: consejos y trucos para gestionarlos

Todas las dietas que funcionan están diseñadas para inducir una brecha de energía entre cuánto comes y cuánto consumes diariamente. Entre los muchos modelos alimentarios, quedan excluidos aquellos que tienen una estructura bizarra y que imponen reglas absolutamente imposibles de cumplir y más cuando nos asalta un ataque de hambre, algo que podemos sentir en cualquier momento pero que parece que de forma especial suele ocurrir cuando estamos a dieta. Sin embargo, gracias a los trucos y consejos que os vamos a dar podremos controlar gestionar cualquier ataque de hambre que tengamos.

Ataques de hambre: consejos y trucos

Reducir al extremo la ingesta calórica tiene el efecto de inducirnos a ataques de hambre incontrolables que en algunos casos además suelen ocurrir de noche, algo que al margen de la dieta puede deberse a efectos o cuestiones psicólogicas por lo que ante esta situación, lo mejor es acudir al médico para que nos ayude con una terapia con medicamentos.

Pero al margen de este tratamiento, puede ser útil adoptar algunas estrategias:

Consejos para controlar los ataques de hambre

Además de esas estrategias mencionadas, debemos saber que todos estamos genéticamente inclinados a no resistir las tentaciones de alimentos porque nuestros genes han sido seleccionados por el hambre. Los mecanismos que regulan el hambre son más potentes que los que inducen la saciedad. Aquellos que experimentan esta dificultad cada vez que se ponen a dieta están dispuestos a culparse por todo. Se convencen de que tienen poca fuerza de voluntad.

Por otro lado, cuando decidimos ponernos a dieta lo hacemos con la corteza prefrontal que es la parte racional de nuestro cerebro . También es la parte más costosa de todos los mecanismos cerebrales. Si estamos cansados ​​y hambrientos (como cuando nos obligamos a hacer mucho deporte y comer poco) la corteza prefrontal funciona mal y nos convertimos en víctimas de la parte impulsiva que reside en las zonas más profundas de nuestro cerebro. Es por eso que aprovechar la fuerza de voluntad a veces no funciona .

Cuando se trata de dieta, no vale la pena ser tan estricto como un soldado pretoriano. En este caso, el riesgo de caer en la ortorexia es elevado: se trata de una atención patológica a las normas dietéticas , a la elección de los alimentos y a sus características.

Por ello, debemos procurar seguir la dieta indicada sin obsesionarnos y en el momento que «flaqueemos» y tengamos ganas de salir corriendo a llenar la nevera. Podemos entonces elegir estas otras estrategias a implementar cada día:

Con ello, lograrás controlarte aunque si tu problema tiene más que ver con la ansiedad que con la dieta, es mejor como ya hemos comentado, que visites un médico.