Juegos Olímpicos
JUEGOS OLÍMPICOS PARÍS 2024

El mal ganar de Djokovic: el feo gesto a la grada de París por la que se llevó una gran pitada

Novak Djokovic derrotó a Rafa Nadal en el esperado duelo de ambos en los Juegos Olímpicos, pero el serbio dejó un feo gesto en los últimos instantes de este gran partido de tenis en París. Con un ambiente claramente a favor de Rafa Nadal, al serbio no le gustó que el público apoyara al español y se llevó la mano a la oreja cuando hizo el break definitivo, el que acabó decantando el partido.

Tras ganar el primer set de forma imponente, con un contundente 6-1, Novak Djokovic se puso 4-0 en el segundo set. Tenía ya ganado este encuentro de segunda ronda en los Juegos Olímpicos, pero Rafa Nadal, fiel a su estilo y raza, reaccionó y acabó remontando para igualar esa segunda manga (4-4). Si durante todo el encuentro el público de París fue con Nadal, en ese momento el público se volcó con el español, al que empujaron en volandas para esa remontada.

Sin embargo, en ese momento tan relevante del partido de los Juegos Olímpicos, Novak Djokovic hizo un break al saque de Rafa Nadal, se puso 5-4 y tras hacer ese break se llevó la mano a la oreja en un gesto claramente desafiante a la grada de la Philippe Chatrier, pista central de Roland Garros que acoge esta semana el torneo de tenis masculino. La reacción del público fue clara: un abucheo masivo.

Djokovic acabó ganando el partido, pero el cariño del público parisino fue para Nadal. Y es normal. Rafa allí es todo un héroe, 14 veces ganador de Roland Garros. Participó en la ceremonia de apertura de Roland Garros, le tienen en alta estima. Sin embargo, Djokovic ni siquiera entendió que el público de Francia quisiera ver más tenis y apoyara a Rafa Nadal para que también el partido durara más.

Cualquier otro se hubiese puesto atacado de los nervios, pero Djokovic demasiados kilómetros en el circuito para saber reordenar las ideas y volver a la carga. Rafa no pudo forzar un tercer set que hubiese sido legendario, pero se marchó con un rato de tenis que sacó a todo el mundo una lágrima de alegría. El más grande de Roland Garros cayó con honor y con el aplauso y respeto de todo el mundo.