Investigación
BEATRIZ MÉNDEZ DE VIGO

Méndez de Vigo deja por sorpresa de ser la nº2 del CNI y se va a la Embajada de Pekín

Beatriz Méndez de Vigo, la número dos del CNI, ha decidido dejar el cargo de secretaria general del Centro Nacional de Inteligencia para ocupar un destino a todas luces de menor importancia, como delegada del servicio secreto español en la Embajada de España en Pekín.

Fuentes del entorno de Méndez de Vigo y del CNI se han negado a comentar el por qué de una decisión tan repentina. Sobre todo, porque desde hace meses todas las quinielas la situaban en la primera línea de sucesión del actual director, Félix Sanz Roldán, que acaba su mandato en 2019. Su elección habría supuesto el acceso de la primera mujer a la máxima jefatura del servicio secreto español, algo que ya ha sucedido en otros servicios occidentales como el del Reino Unidos.

La hermana del ministro de Educación, Cultura y Deporte, fue nombrada como número dos del CNI directamente por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que ahora tendrá que escoger a otra mujer como sustituta para cumplir la tradición, no escrita, de que la Secretaría General sea ocupada por una funcionaria del Centro. Esa costumbre se viene cumpliendo desde 2002 cuando Dezcallar nombró a María Dolores Vilanova.

Méndez de Vigo, nacida en 1958, fue una de las primeras mujeres que se alistaron al CESID en la primera promoción de 1983. Tenía 24 años. Hija de un coronel, que acababa de fallecer, contaba con la ventaja de dominar el alemán y el inglés. Como las otras compañeras procedía de familias conservadoras. Su primer destino fue en el Servicio Exterior del CESID.

Beatriz apostó por el espionaje en el exterior. Su dominio del alemán le propiciaba un destino en esa área. En unos pocos años se convirtió en una experta en la república Democrática Alemana y tras la caída del Telón de Acero, Manglano la destinó al departamento de Relaciones Internacionales, del que llegaría a ser directora. Se mantuvo al frente de esa unidad casi tres lustros bajo la dirección de Manglano, Félix Miranda y Javier Calderón.

Tras la llegada de Zapatero a La Moncloa Beatriz sufrió en sus propias carnes el sectarismo de los cambios de Gobierno. Su condición de hermana de Iñigo Méndez de Vigo, entonces un dirigente cualificado del PP, la llevó al ostracismo.

Fue destinada al departamento de Contrainteligencia, en un puesto de menor rango, lo que suponía un paso atrás en su carrera profesional. Se encargaba del control de los agentes rusos y de otras repúblicas de la ex URSS en España. Después de 20 años de despachos empezó a pisar la calle en su nueva versión de agente de campo. Luego fue destinada a Berlín como enlace del CNI con el BND, con el que los servicios secretos desde la época de Manglano mantenía unas excelentes relaciones.

En 2009 fue recuperada por el general Sanz Roldán que la promocionó hasta llegar a convertirse en secretaria general.