Investigación
El PSOE y la vivienda

Los caprichos inmobiliarios de la socialista Batet: un palacete vacío con personal de servicio 24 horas

La vida madrileña de la presidenta del Congreso que tiene alquilado su piso de Barcelona y considera que en España la vivienda es asequible

La socialista Batet, con un sueldo de 214.444 €: «La mayoría no tiene problema para pagar el alquiler»

Batet se queda sentada en el minuto de silencio por Miguel Ángel Blanco en el Congreso

La socialista Meritxell Batet, que considera que en España no hay un problema sustancial de vivienda y que los alquileres son asequibles, hace gala de ocioso lujo en materia inmobiliaria: mientras obtiene un extra cada mes por su piso de Barcelona –que tiene arrendado–, en Madrid gana 200.000 euros al año como presidenta del Congreso y, además, ha optado por dejar vacío, sin uso alguno, pero con gasto constante, un palacete en pleno centro de Madrid, gestionado por Patrimonio Nacional, que, pese a no estar habitado, dispone de personal de servicio las 24 horas del día, 365 días al año. Batet prefiere tener el palacete disponible para momentos puntuales, mientras disfruta como inquilina de otra lujosa vivienda –ésta sí, pagada con su sueldo de 214.444 euros brutos al año– en el cotizado barrio de Chamartín. La comparte con su pareja, el magistrado del Tribunal Constitucional y ex ministro de Justicia Juan Carlos Campo, de sueldo público más modesto: 142.000 euros brutos al año.

Meritxell Batet aspira a repetir en el Congreso como diputada. Desde las filas socialistas del PSC concurre para ello a las elecciones del próximo 23 de julio. Se lo ha garantizado de antemano: va de número 1 en la lista por la provincia de Barcelona.

Respecto al palacete que Batet mantiene vacío en Madrid, se trata de un inmueble gestionado por Patrimonio Nacional que el Gobierno tiene reservado para aquel que ocupa la Presidencia del Congreso de los Diputados. Otro socialista fue el que decidió comprarlo. Fue el ya desaparecido Félix Pons, que ocupó la Presidencia del Congreso en la etapa de Felipe González, quien promovió la compra de este lujoso edificio residencial, a medio camino entre el Museo del Prado y el Parque del Retiro.

Se trata de un edificio ubicado, exactamente, en la calle Casado de Alisal, en la zona de Los Jerónimos, que compite en primera línea por ser la más cara de Madrid. Pero a Meritxell Batet no le convenció y prefirió irse a una zona residencial «más tranquila y familiar», según han indicado a OKDIARIO fuentes muy cercanas a la presidenta del Congreso.

No utilizar el palacete, lejos de suponer un ahorro, es un coste extra y totalmente baldío, porque, aunque no haya inquilinos, la Presidencia del Congreso lo mantiene permanente a su disposición particular. De hecho, las mismas fuentes han confirmado que Batet lo ha utilizado para mantener reuniones puntuales, a su gusto.

Es decir, el palacete está disponible y con personal de servicio para poder ser utilizado de forma inmediata en cualquier momento. Cuenta con personal de seguridad permanentemente, además de disponer de plantilla adscrita a su mantenimiento doméstico ordinario.

Eso deja una abultada factura que el Congreso de los Diputados no detalla en su portal de transparencia, pese a que todos esos gastos corren a cargo de las arcas públicas.

Piso alquilado

Cuando renunció al palacete que se le ofrece como vivienda oficial, hace tan sólo un año, Batet alquiló una casa en uno de los barrios de Madrid donde el precio del metro cuadrado se ha disparado durante los últimos años. Lo hizo con su pareja, el ex ministro de Justicia y actual magistrado del Tribunal Constitucional Juan Carlos Campo.

Ambos residen en Chamartín, en un piso de 200 metros cuadrados. Esta casa forma parte de una urbanización con pocos vecinos que cuenta con piscina, garaje y portero. En este inmueble, sólo el recibo mensual de comunidad llega a alcanzar los 500 euros al mes por piso. Y Batet tiene el mejor de toda la urbanización, según confirman vecinos directos de la presidenta del Congreso. El inmueble está a menos de un kilómetro de la estación de tren de Chamartín Clara Campoamor.

Escoltas

Hasta esta vivienda acuden a diario sus escoltas y los dos coches oficiales con los que se traslada, uno para ella y otro de cobertura. Por paradójico que parezca, que no viva en el palacete también encarece los gastos de desplazamiento: de la zona de Los Jerónimos al Congreso hay una distancia muchísimo menor que hasta esa vivienda de Chamartín.

Y, mientras tanto, Batet saca partido extra a su privilegiada residencia temporal en Madrid, ya que eso le permite tener alquilada su casa de Barcelona. Eso le genera una interesante renta mensual con la que complementa su sueldo de 214.444 euros anuales brutos.

Con este panorama inmobiliario del que disfruta Batet no es extraño que considere que la vivienda no es un problema. Hace escasos días, la presidenta del Congreso se despachó en la Cadena SER con unas polémicas declaraciones en las que aseguró que «la mayoría de españoles no tiene problemas para pagar el alquiler». El barómetro del CIS, que dirige su compañero de filas José Félix Tezanos, dice lo contrario: la vivienda se cuenta entre los primeros problemas que más afectan personalmente a los españoles, según indican esos sondeos reiteradamente.