Turquía mueve ficha sobre Libia en Túnez
La Navidad ha traído la visita sorpresa del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, a Túnez, donde ha sido recibido por el recién nombrado mandatario, Kais Saied. En un contexto regional marcado por la profunda inestabilidad en Libia, los dos dirigentes se han reunido en el Palacio Presidencial tunecino para dialogar sobre los últimos acontecimientos. Este jueves, Erdogan ha anunciado que responderá favorablemente a una petición del Gobierno de Unidad Nacional libio (GNA, por sus siglas en inglés) de asistencia militar. En enero, la moción será sometida al Parlamento, cámara que debe aprobar el envío de tropas de combate, como ya lo hizo en Siria o Irak.
El fortalecimiento de las relaciones bilaterales ha sido un pretexto recurrente durante las declaraciones emitidas por ambos presidentes y han servido de justificante de esta visita tan inesperada. De forma acelerada se ha aprovechado para presentar un acuerdo comercial de los productos agrícolas tunecinos, lo que indudablemente es una buena noticia para la economía del país. Asimismo, y a través de la Agencia Turca de Cooperación y Coordinación (TİKA), se ha proyectado la construcción de un hospital infantil a las afueras de capital tunecina.
No obstante, y de forma prioritaria, la visita del mandatario turco tiene como objetivo la situación de la vecina Libia. El denotado acercamiento de Ankara al GNA ya se está materializando con el envío de expertos militares. Los presidentes de Túnez y Turquía están de acuerdo en buscar un alto al fuego lo antes posible y emprender unas negociaciones que concluyan de una vez por todas con la violencia y conflicto que asaltó el país desde la muerte del unificador de las tribus libias, Muamar el Gadafi, en 2011. Desde aquel año, protagonizado por revueltas y crudos enfrentamientos, hasta la más inestable actualidad; el pequeño país de Túnez acoge a decenas de miles de libios dentro de sus fronteras que esperan volver en cuanto la estabilidad retorne a su país de origen.
En lo que corresponde al tablero geoestratégico del conflicto, Túnez no ha dudo en mantenerse al lado de, en este caso Turquía, pero lo que también significa la propia OTAN, donde está considerado un aliado importante no alineado, Major non-NATO ally (MNNA) desde 2015. En este contexto de cercanía, Túnez ha sido invitada, junto a Argelia y Qatar, a participar en la conferencia internacional sobre Libia que organizará la ONU a principios de 2020 en Berlín.
No obstante, también han surgido voces críticas que reprochan a Saied que se aleje de la postura defendida por países como Egipto en apoyar el gobierno libio del este defendido por el general Jalifa Haftar. En esta posición y denunciando las intervenciones de Turquía, también se encuentran antiguos conocidos como Chipre o Grecia, a la que se podría haber unido, según estos detractores, el presidente tunecino.
Mientras, en la política interna de Túnez, los plazos avanzan y el primer ministro, Habib Jemli, sigue reuniéndose con los partidos representados en la asamblea para configurar un gobierno del agrado de la mayoría.
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