Theresa May trata de negociar bilateralmente «lazos económicos» con Berlín y París tras el Brexit
Merkel dice que Reino Unido no podrá “elegir a la carta” lo que quiera de la UE
Theresa May telefonea a Merkel y a Hollande para pedirles “tiempo” antes de activar el Brexit
La nueva primera ministra británica parece más bien la ministra del Brexit, aunque haya nombrado de David Davis para ese cometido en su neonato Gobierno. Theresa May lleva un par de días de gira por Alemania y Reino Unido, reuniéndose con la canciller Merkel y el presidente Hollande para insistirles en que la decisión no tiene vuelta atrás pero que necesita tiempo para activar el Artículo 50 del Tratado de las Comunidades Europeas. Además, ha mantenido este jueves una entrevista telefónica con el presidente español en funciones, Mariano Rajoy, para conjurar los riesgos del Brexit antes de reunirse con el jefe de Estado galo en París. Allí Hollande le ha dicho sí a lo del tiempo, pero le ha marcado condiciones: debe elegir entre mercado único y libre circulación o buscar «otro estatuto».
May ha insistido que «Brexit es Brexit», por mucho que ella defendiera el ‘remain’ durante la campaña del referéndum. Pero a su firmeza en la defensa de «la decisión de los ciudadanos británicos» le ha añadido la insistencia pública en que Londres tiene la necesidad de «preparar bien las negociaciones».
En ese sentido, May le ha expresado a Hollande su intención de que Londres y París mantengan estrechos vínculos económicos después de que se sustancia el Brexit, en una maniobra bilateral que puede anticipar un nuevo camino para negociar soluciones al más que previsible trastorno económico que puede suponer la salida de Reino Unido del mercado único de la UE.
«A medida que el Reino Unido deja a la UE habrá que determinar cómo mantener la relación económica más estrecha posible entre nuestros países», ha dicho May en la conferencia de prensa conjunta en París con el presidente Francois Hollande. En un intento de seducir a la contraparte, la primera ministra insistió en que quería «maximizar las oportunidades tanto para el Reino Unido y la UE».
Ya lo dijo Angela Merkel a los dos días del referéndum que el 23 de junio dio la victoria al ‘leave’ frente al ‘remain’ por 51% a 49%: «La salida de Reino Unido no será a la carta, quien quiera mercado único debe aceptar la libre circulación de ciudadanos europeos». Y eso mismo le ha dicho a la cara Hollande a May en el Palacio del Elíseo: «Londres debe elegir entre mercado único y libre circulación u otro estatuto».
Y es que los líderes europeos, contrariados por la salida de Reino Unido del club europeo dan la situación ya por descontada y quieren que los mercados y las economías de los 27 restantes Estados miembros puedan hacerlo del mismo modo. El objetivo es conjurar la incertidumbre y dar los pasos lo antes posible.
Esa segunda parte parece la más difícil de todas porque, aunque una vez que se active el Artículo 50 el plazo de salida de un país que quiere abandonar la UE está tasado en dos años como máximo, lo que no existe es una fecha marcada para el inicio del proceso.
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