Internacional
ENTREVISTA | LÍDER DE VENTE VENEZUELA

María Corina Machado: «El chavismo ya no es un régimen político, sino una organización criminal»

Es una de las caras más conocidas de la oposición venezolana, una heroína de la lucha por la libertad y la democracia contra la dictadura de Nicolás Maduro. María Corina Machado atiende a OKDIARIO por teléfono, llena de «fuerza, coraje y determinación» para darle voz a los venezolanos que «hoy mueren de hambre, no tienen libertad y reclaman que la oposición cumpla con su mandato de sacar a Maduro y su régimen narcocriminal del poder».

La ex diputada, que fue golpeada por diputados chavistas en la misma sede de la Asamblea Nacional de Venezuela en 2014, que fue perseguida con acusaciones falsas por la «Justicia entregada al dictador» y que hoy lidera Vente Venezuela, uno de los partidos integrados en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), pide a la Comunidad Internacional que «desde la declaración de abandono del cargo que aprobó el Parlamento este lunes, no puede reconocer más a Maduro como presidente del país».

Pregunta.– ¿Esa declaración realmente cumple con las leyes venezolanas?

Respuesta.– ¡Por supuesto! Cumple las leyes, la Constitución y, sobre todo, el mandato del pueblo de Venezuela. Es cada día más evidente que el régimen actual es una dictadura militarista y criminal.El chavismo dejó de ser un régimen político para ser una organización criminal. Y el mundo democrático debe asumirlo, porque las consecuencias no son sólo la miseria de mi país, sino la desestabilización de la región.

P.– Entonces…

R.– El único objetivo de Maduro es quedarse en el poder a cualquier costo, incluso saltándose las leyes, como cuando cerró la vía del referéndum revocatorio cuando se cumplían todos los requisitos para llevarlo adelante. Pero el Parlamento, siguiendo sus atribuciones, han declarado la responsabilidad política de Maduro, su abandono del cargo, su abandono de funciones y su abandono de la Constitución, que es una de las causas de ausencia absoluta que, decretadas antes del quinto año de mandato, obligan a convocar elecciones.

P.– Pero, ¿cómo van a conseguir que haya elecciones si Maduro controla todos los resortes del poder?

R.– ¿Qué poder? ¿El de las armas? Ése sí. Pero nosotros tenemos el de la gente. El 90% de los ciudadanos no aceptamos esta dictadura. ¿Deberíamos admitir que no se puede? Eso sería claudicar, que es la puerta de la esclavitud. Mire, hay fuerzas muy poderosas que, articuladas, harán que Maduro salga del poder. Primero, el Parlamento, que debe avanzar tras la declaración de este lunes en designar cuanto antes a los nuevos magistrados, al nuevo Consejo Nacional Electoral… Segundo, la comunidad internacional, que tiene que asumir que ya no hay un presidente legítimo, que no puede reconocer más a Maduro. Yo hago un llamamiento a los países democráticos a que estén atentos porque pronto vendrá una arremetida aún más radical del maduro-chavismo contra la oposición democrática venezolana… Y tercero, la fuerza fundamental, la gente. Los venezolanos debemos asumir nuestra responsabilidad en hacer que se cumpla la declaración de abandono del cargo de Maduro.

P.– La Corte Constitucional ya ha decretado que esa declaración no es constitucional…

R.– A la Corte Constitucional sólo le queda declarar inconstitucional la Constitución. En este país la Justicia está entregada al dictador. No hay magistrado o juez sin miedo, por eso no hay una sola sentencia contraria a los intereses de la tiranía. Aquí ha habido grupos armados dirigidos por el mismo alcalde del municipio de Libertadores [Caracas] que han atacado a los diputados opositores dentro del Parlamento. Aquí se ha impuesto un presupuesto de la nación sin que pase por el legislativo. ¿Usted se imagina eso en España? Es inimaginable. Pero aún queda una arremetida mayor, vendrán con más fuerza contra nosotros, como ha demostrado el nombramiento del nuevo Gobierno, cuyo vicepresidente, Tareck el Aissami, todo el mundo sabe que tiene conexiones evidentes con el crimen organizado internacional.

P.– ¿Qué conexiones?

R.– Hay muchas informaciones publicadas y actuaciones inaceptables de Hugo Chávez antes y de Nicolás Maduro ahora. Respaldan a grupos irregulares que operan en suelo venezolano, como las guerrillas y los paramilitares colombianos. Además, la detención de los dos sobrinos de la pareja presidencial por narcotráfico hace evidentes estas acusaciones, ¿no? Por otro lado, Maduro y su régimen financian, con recursos detraídos a los venezolanos, actividades de colectivos que buscan desestabilizar gobiernos democráticos… y no sólo en Latinoamérica.

P.– ¿Confían ustedes todavía en la comunidad internacional?

R.– Nosotros avisamos hace tres años de la crisis humanitaria que se avecinaba en Venezuela, y no nos creyeron. En los últimos meses, algunos han llamado por fin a las cosas por su nombre con lucidez y coraje, como Luis Almagro desde la OEA. La devastación en términos humanos es indescriptible. Ningún reportaje es capaz de describir con palabras lo que ocurre en mi país. Pero esperamos mucho más de la comunidad internacional. Ésa es la urgencia ética de este momento.

P.– ¿El proceso de diálogo con el régimen puede ser una salida?

R.– Éste no. Es una farsa. Todos los demócratas partimos de que es necesaria una negociación y la integración en un Gobierno de amplia unidad nacional de todos, incluso de los sectores chavistas democráticos. Pero esto ha sido un engaño para darle oxígeno a la dictadura, como advertimos algunos desde el principio. ¿Cuántas vidas humanas costó este error? Con un régimen totalitario hay que ir a dialogar en posición de fuerza, y la fuerza es la gente que, de forma cívica y organizada, sacará a Maduro del poder.

P.– Ese proceso de diálogo con el chavismo parece haber dividido a la oposición democrática…

R.– Eso es lo que quería el la tiranía, porque así operan los totalitarios, debilitando a los demócratas. Algunos aún creen que no tenemos la fuerza para ganar, y creen que la única opción es aceptar los términos de la dictadura. Pero le garantizo que la inmensa mayoría de la oposición y del pueblo pensamos lo contrario. ¿Que correremos riesgos enormes? Sí. Y el que no quiera asumirlos, no lo juzgo, pero que se aparte.

P.– ¿Qué tipo de riesgos?

R.– La vida. Nos jugamos la vida. Mire a Leopoldo López, a Antonio Ledezma, a Yon Goicoechea. Mire los medios cerrados, los periodistas muertos en circunstancias sospechosas por denunciar las mafias de Maduro. Son riesgos pero, si no, perdemos la nación completa. ¡Que nadie lo dude!