Internacional

Marco Rubio apadrina el bautizo simbólico de la ‘plaza Boris Nemtsov’ frente a la embajada rusa en Washington

Tres años después del asesinato en Moscú del ferviente opositor de Vladimir Putin, Boris Nemtsov, el consejo municipal de la ciudad de Washington rebautizó este martes con su nombre parte de la avenida que pasa frente a la embajada de Rusia.

Toda evocación a Rusia toma un relieve particular en la capital federal estadounidense después de la investigación del fiscal especial Robert Muller sobre una presunta colusión entre Moscú y el equipo del presidente Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2016.

La campaña para renombrar la plaza, sin embargo, no provino del gobierno de Trump, sino de la familia y los seguidores de Nemtsov, quienes se ganaron el apoyo del ayuntamiento de la ciudad, liderado por los demócratas, y de los halcones republicanos, como el senador Marco Rubio.   «Esta señal al lado de la embajada servirá como recordatorio para Vladimir Putin y aquellos que le apoyan de que no pueden usar el asesinato, la violencia y la intimidación para silenciar la voces libres y disidentes», aseguró  Rubio.

Figura central de la oposición al presidente Putin, Nemtsov recibió cuatro disparos en la espalda, a los pies del Kremlin, el 27 de Febrero de 2015. Su hija, la activista de derechos humanos Janna Nemtsova, y el amigo disidente Vladimir Kara-Murza, presidente de la Fundación para la Libertad Boris Nemtsov, hablaron en la ceremonia.

«Boris Nemtsov nunca se convirtió en presidente, pero se convirtió en un símbolo muy, muy importante», dijo Kara-Murza. «Para muchas personas en nuestro país, se ha convertido en el rostro de una Rusia diferente: una Rusia más libre, más democrática y más optimista», añadió.

Las relaciones entre Washington y Moscú están en «un mínimo histórico», según palabras de Rex Tillerson, jefe de la diplomacia de Estados Unidos, y la reconciliación prometida en campaña por Trump aún está pendiente. Bautizar un lugar con el nombre de Boris Nemtsov es sin duda una iniciativa simbólica, pero debería causar malestar en Moscú, donde el poder acusa regularmente a las agencias estadounidenses de alentar a la oposición.