Internacional

La policía belga recurre a expertos para minimizar los efectos de atentados en los metros

Los atentados terroristas en Bruselas que mataron a 31 personas y dejaron más de 300 heridos son un recordatorio para la cooperación en seguridad y evitar que vuelvan a producirse en un futuro. En esta ocasión y desde Europa, se ha dado un puñetazo encima de la mesa para dejar las cuitas entre los 28 y proponer de verdad soluciones en materia de seguridad que no minimicen la intimidad de las personas. El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, planteó esta semana la creación de una “unión de seguridad” para combatir el terrorismo a nivel europeo y algunos países como Bélgica ya se han puesto manos a la obra. Según ha podido saber OKDIARIO, la policía belga encargó, un día después de los atentados, a reputados expertos la compilación y creación de numerosos estudios que tratasen las vulnerabilidades de las infraestructuras urbanas ante ataques con explosivos. Entre los numerosos estudios presentados se encuentra el de un grupo de investigadores europeos que ha destacado diferentes tipos de peligros detectados en los subterráneos de toda la UE.

El documento explica que los efectos de un explosivo se magnifican en los espacios cerrados como son las estaciones de metro. Califican a los ‘subterráneos’ como «hornos» donde las lesiones son mucho peores que en la propia vía pública. Tras analizar los atentados de metro de Londres, París, Madrid o Israel llegaron a la conclusión de que se pueden evitar muchas lesiones primarias, secundarias y terciarias modificando algunos patrones para hacerlos más seguros. En primer lugar, reflejan que se deberá de instruir al personal de mantenimiento de las estaciones y también realizar campañas publicitarias para no verter botellas de vidrio, ni la posibilidad de colocar papeleras en los andenes para depositar basura como se lleva haciendo hasta ahora. Parece una tontería, pero estos expertos explican que la potencia de la onda expansiva que se produce con un artefacto explosivo hace que una simple botella de vidrio pueda matarnos al impactar contra nuestro cuerpo. El documento refleja que en algunos aeropuertos ya se aplica este protocolo y que los andenes del metro podrían verse, dentro de unos años, mejor vacíos sin ningún tipo de mobiliario para tener más espacio.

«Las bombas de Bruselas estaban llenas de clavos que causaron graves lesiones»

«Cuando se da la explosión se produce una onda de energía que no vemos, que dura 10 milisegundos, en la que todo se magnifica y esos objetos son lanzados contra las personas como proyectiles», indican. Los expertos explican que el cuerpo es impulsado con la primera onda expansiva, es aquí donde se producen las lesiones por quemaduras, y que, acto seguido, aparecen los proyectiles (lesiones secundarias). Según los expertos, las bombas de Bruselas estaban llenas de clavos y al explotar las piezas causaron lesiones graves en las víctimas que se encontraban en el subterráneo.

Los investigadores también se han centrado en los vagones del metro. «Lo que es la cabina está realizada con una mezcla de metales que, en caso de explosión, es muy difícil que se descompongan. Esto entraña un peligro ya que potencia en un espacio cerrado las ondas y hacen que todo que esté dentro se desintegre. Como sucedió en el atentado de Bruselas», señalan. Aunque inciden en que entre los expertos hay discusiones si se debería de fabricar unas cabinas que sean más «endebles» para facilitar una evacuación más rápida. Indican que en el día a día «podría ser peligroso». Las autoridades belgas informaron que la bomba que explotó dentro del metro de Maelbeek se encontraba en medio de un vagón. El conductor logró detener el tren y evacuar a los pasajeros pero, al menos 20 personas murieron.

Asimismo, proponen una «campaña de sensibilización» a los ciudadanos y mayores controles de seguridad en la entrada y salida de los metros en toda Europa. Aseguran que un detector de metales, más personal de seguridad y ‘cacheos’ reduciría el porcentaje de ataques.

Entre las investigaciones presentadas también se encuentra la de los expertos que estudiaron los atentados ocurridos en autobuses en Jerusalén. Explican que las personas que se encontraban dentro del autobús con las ventanas cerradas sufrieron un riesgo mucho mayor de muerte que los que estaban esperando al aire libre en la parada.