Internacional

Estados Unidos acelera la evacuación de Afganistán tras la amenaza de los talibanes

  • Iñigo Artola
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Las tropas estadounidenses aceleraron este martes la evacuación de Afganistán tras la negativa de los talibanes a ampliar el plazo. Estados Unidos está coordinando el esfuerzo de varios países por sacar a sus nacionales y a colaboradores autóctonos del país, son los norteamericanos los que están controlando el espacio aéreo sobre el aeropuerto de Kabul y quienes coordinan los aterrizajes y despegues de los distintos aviones que vienen desde Dubai. El plazo pactado por EEUU para terminar la evacuación es el 31 de agosto.

Dos mujeres en burqa compran en un mercado de Kabul, Afganistán. Foto: AFP

El presidente de EEUU, Joe Biden, enfrenta una presión creciente para extender el plazo del 31 de agosto para retirar sus tropas y Reino Unido dijo que buscará apoyo para prolongar su presencia este martes en una cumbre virtual del G7. Pero los talibanes ya avisaron este lunes de que permanecer en Afganistán tras el 31 de agosto traería «consecuencias».

Desde el 15 de agosto, el día que los talibanes se hicieron con la capital afgana, ya han huido alrededor de 50.000 afganos y extranjeros a través del aeropuerto de Kabul. Pero cientos de miles de personas continúan agolpadas en la entrada del aeródromo intentando acceder a la pista para montarse en cualquier avión y así huir del horror que traen los talibanes consigo.

Talibanes armados en una mezquita de Kabul, durante el primer rezo del viernes bajo el yugo talibán. Foto: AFP

Muchos de los afganos temen que se repita la brutal interpretación de la ley islámica que llevaron a cabo los talibanes durante su anterior Gobierno en Afganistán, entre 1996 y 2001. Además, nadie se cree la amnistía que anunciaron para aquellos que han colaborado con los gobiernos extranjeros durante las dos últimas décadas y esperan que, en cuanto EEUU abandone el país, las represalias y las ejecuciones comiencen.

Nilofar Bayat es una activista por los derechos de la mujer y, hasta la llegada de los talibanes, era la capitana del equipo afgano de baloncesto en silla de ruedas. Se trata de una de las mujeres, junto a su marido también discapacitado, que ha logrado salir del país tras conseguir la ayuda de un equipo de baloncesto bilbaíno. Esta joven tenía claro que los talibanes no iban a aceptarla en la sociedad, por muchos derechos femeninos que prometan respetar: «Los talibanes son los mismos de hace 20 años», sostuvo poco antes de huir a España. «Si se mira a Afganistán actualmente, son todos hombres, no hay mujeres porque no aceptan a las mujeres como parte de la sociedad», aseguró.

Nilofar Bayat, capitana del equipo afgano de baloncesto en silla de ruedas, junto a su marido en Bilbao. Foto: AFP

«Consecuencias» más allá del 31 de agosto

Los talibanes, quienes pusieron fin a dos décadas de guerra con una rápida victoria sobre las fuerzas gubernamentales, han sido estratégicamente tolerantes ante el esfuerzo de evacuación. Sin embargo, el lunes dijeron que el plazo del 31 de agosto, fecha en la que estaba prevista la retirada de las tropas extranjeras, para completarlo es una «línea roja». «Si Estados Unidos o Reino Unido buscan más tiempo para continuar las evacuaciones, la respuesta es no (…) Habría consecuencias», advirtió el portavoz talibán Suhail Shaheen en declaraciones a Sky News.

El portavoz indicó que cualquier presencia militar más allá del plazo acordado sería «extender la ocupación» y amenazó con consecuencias si eso pasaba. Bien es sabido qué tipo de «consecuencias» podría haber de no acatar sus directrices. Uno de los portavoces de los talibán, Suhail Shahin, ha insistido este martes en que «la ocupación» de Afganistán «tiene que acabar», al tiempo que ha tachado de «clara violación» una posible extensión del plazo límite inicial del 31 de agosto, que se valorará durante la jornada en una reunión del G7.

En una entrevista concedida a la cadena china CGTN, Shahin ha señalado que cualquier retraso en la retirada de las tropas extranjeras de Afganistán significaría una «disrupción» de los «planes de reconstrucción» de Afganistán. Así, ha advertido de que, en caso de que esta «violación» se produzca, los líderes de los insurgentes decidirán «cómo proceder y qué hacer». En este sentido, ha urgido a Estados Unidos a «participar en la reconstrucción de Afganistán porque estuvieron involucrados en su destrucción».

Familias afganas cruzan la frontera de Afganistán con Pakistán. Foto: AFP

Los talibanes tomaron el poder después de que Biden decidiera acelerar el acuerdo que firmó su predecesor, Donald Trump, en el que se pactó la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán. Los talibanes, ante la retirada de los efectivos americanos, decidieron llevar a cabo una ofensiva contra las principales capitales del país, puesto que ya contaban con zonas rurales controladas, que cayeron apenas sin resistencia. En cuestión de dos semanas habían llegado a la capital que se entregó sin oposición.

No obstante, ante el avance talibán y cómo se precipitaron los acontecimientos, Biden tuvo que reenviar miles de soldados para apoyar la evacuación de Kabul y asegurar el perímetro del aeropuerto. Biden y su gobierno han insistido en que quieren acatar el plazo del 31 de agosto. El portavoz del Pentágono, John Kirby, dijo el lunes que «el foco está en tratar de [evacuar a la mayor cantidad de gente posible] para finales del mes».

Pero autoridades europeas y británicas piden más tiempo. El secretario británico de Defensa, Ben Wallace, reiteró que el tema será planteado este martes en la cumbre virtual del G7.

Una niña dormida en brazos de un familiar a su llegada a Virginia (EEUU), después de ser evacuados de Afganistán. Foto: AFP

Alemania también dijo que está en conversaciones con la OTAN y los talibanes para mantener abierto el aeropuerto de Kabul para evacuaciones después del 31 de agosto, mientras que Francia señaló que «se necesita tiempo adicional para completar las operaciones en marcha».

La carrera por salir de Kabul ha dejado imágenes escalofriantes que reflejan el terror de la sociedad afgana a los talibanes y sus simpatizantes, que son muchos. Al menos ocho personas murieron el domingo 15 de agosto en el caos que se vivió en el aeropuerto de Kabul. Los guardias afganos abandonaron sus puestos y la gente desesperada colapsó las pistas de despegue. La gente se intentaba montar en aviones en marcha y, al menos, dos personas cayeron de un avión ya en vuelo. El ministerio alemán de Defensa dijo el lunes que un soldado afgano murió y tres fueron heridos en un tiroteo con atacantes desconocidos.

A la caza del colaborador

Cientos de ciudadanos afganos esperan a las afueras del aeropuerto de Kabul la oportunidad de entrar para salir de Afganistán. Foto: AFP

Los talibanes actualmente trabajan en la formación de un gobierno, pero dos fuentes del movimiento dijeron a AFP que no habría un anuncio de gabinete hasta que las tropas estadounidenses salgan de Afganistán.

Los talibanes declaran ser diferentes a los que en los años 90 sembraron el terror en el país. El portavoz de los talibanes declaró que permitirían a la mujer trabajar «bajo la ley islámica» y anunció una amnistía para los colaboradores de las potencias extranjeras. Pero la realidad es que, apenas dos días después de ese anuncio, varios testimonios hablan de militantes talibanes que van casa por casa buscando a colaboradores del antiguo Gobierno afgano o de las fuerzas internacionales. Al menos el hermano de un periodista a sueldo de Deutsche Welle fue abatido a tiros. los talibanes buscaban al reportero pero mataron a su hermano cuando fueron a su domicilio.

Una patrulla de talibanes en Kabul. Foto: AFP

Los extremistas han impuesto una calma aparente en la capital, donde patrullan las calles y ocupan los puestos de vigilancia de la policía armados hasta los dientes. La calma que vive la capital no es más que un reflejo del miedo que viven muchos ciudadanos, y sobre todo ciudadanas, que no se atreven a salir a la calle. Muchos negocios han cerrado sus puertas y el precio de los burka ha subido de forma espectacular.

Resistencia en Panjshir

La única región que permanece fuera del yugo talibán es la de Panjshir, donde un brote de resistencia militar, en su mayoría ex fuerzas gubernamentales, se organiza para luchar contra los talibanes. Panjshir está considerado el último bastión afgano antitalibán. Pero la realidad es que su capacidad militar no puede hacer sombra al talibán, sobre todo ahora que los extremistas se han hecho con una cantidad ingente de vehículos, armamento y munición que el antiguo ejército afgano y las potencias extranjeras dejaron abandonado en su huida.

Pruebas armamentísticas de integrantes de la resistencia antitalibán en la región de Panjshir, en Afganistán. Foto: AFP

Un dirigente del movimiento, denominado Frente de Resistencia Nacional, es hijo del renombrado comandante Ahmad Shah Saleh, opositor a los talibanes, y que era conocido como el ‘León de Panjshir’. Fue asesinado en Afganistán días antes del atentado de las torres gemelas el 11-S. El movimiento islamista ha dicho que tiene fuerzas en las afueras del valle, pero que prefiere negociar el fin de la resistencia antes de un enfrentamiento.