Internacional

Medios serbios tildan de «castigo divino» el incendio en Notre Dame por izar la bandera de Kosovo en 1918

El incendio de Notre Dame de París es un "castigo divino", comentaron dos tabloides serbios al recordar que durante la conmemoración del centenario del Armisticio de 1918 se había izado una bandera de Kosovo en la catedral.

«El castigo divino les ha atrapado», titularon los periódicos Alo e Informer. Alo ve en el incendio de Notre Dame una sanción por haber «escupido sobre las víctimas serbias» de la guerra de Kosovo. Cercanos al poder, los dos medios en cambio retiraron rápidamente estos artículos el lunes por la noche.

Durante las conmemoraciones el 11 de noviembre del centenario de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), el interior de la catedral parisina se engalanó con los colores de todos los invitados a la ceremonia, entre ellos Kosovo. Serbia, que no reconoce la independencia de su ex provincia meridional, lo consideró un «escándalo».

Las relaciones entre París y Belgrado empeoraron cuando el presidente de Kosovo, Hashim Thaçi, fue colocado en la tribuna de honor, mientras que su homólogo serbio, Aleksandar Vucic, fue situado en una tribuna secundaria. En las redes sociales, muchos se hicieron eco del tema señalado por Alo e Informer.

«Que arda cualquiera que haya bombardeado la Republika Srpska [entidad serbia de Bosnia] y Serbia, inocentes e impotentes», escribía en Twitter un usuario, Rajko Vasic.

Serbia conmemora el 20º aniversario de los bombardeos de la OTAN en Belgrado, que la obligaron a retirar sus tropas de Kosovo, poniendo fin al conflicto contra los independentistas albanokosovares. Los serbios sienten esta acción como una humillación y un profundo trauma.

«Todos los que se alegran esta noche deberían preguntarse cuáles son nuestros pecados, tras el incendio que arrasó la iglesia [serbia] San Sava» de Nueva York en 2016, opinaba en cambio Alex Krstanovic. 

El presidente Aleksanadr Vucic expresó su apoyo a Francia y afirmó que «todos los ciudadanos de Serbia están tristes». Aseguró que su país estaba dispuesto «a ayudar a la reconstrucción de este símbolo de la civilización francesa y mundial».