Internacional

Breivik: «Seré nazi hasta la muerte»

El noruego Anders Behring Breivik, responsable de la matanza de 2011 en la que murieron 77 personas, declaró este miércoles en su juicio contra el Estado que piensa seguir  luchando por el nacionalsocialismo «hasta la muerte».

En el segundo día del juicio para reclamar mejores condiciones de detención, Breivik tuvo un discurso violento donde acusó al Estado de quererlo «matar» con su aislamiento en la cárcel, que califica de «tortura».

«Lucho por el nacionalsocialismo desde hace 25 años y voy a luchar por él hasta mi muerte», dijo Breivik, de 37 años, durante el juicio que se celebra en el gimnasio de la prisión de Skien (sur).

«Soy nacionalsocialista desde que tengo 12 años», añadió, aunque aseguró que lo había escondido hasta 2014.

Se trata de las primeras declaraciones de Breivik desde el juicio de 2012 en el que fue condenado a 21 años de prisión.

Este miércoles se presentó ante la jueza como «secretario del partido político Estado Nórdico», una formación nazi que desea crear desde prisión.

El 22 de julio de 2011, en nombre de la guerra contra el multiculturalismo, Breivikk mató a 77 personas: ocho haciendo estallar un coche bomba cerca de la sede del gobierno en Oslo y 69 disparando en un campamento de verano en la isla de Utoya.

El martes,  que fue el primer día del juicio, Breivik apareció en el tribunal con la cabeza rapada y haciendo el saludo nazi.

Frente a las acusaciones de maltrato, los representantes del Estado recuerdan que en la cárcel dispone de 31 m2 repartidos en un lugar para vivir, una sala de estudio y un lugar para hacer ejercicios físicos.

También tiene a su disposición una televisión, un reproductor de DVD, una consola de videojuegos, libros, periódicos, máquina de escribir y aparatos de musculación.

Breivik asegura que su detención viola la Convención Europea de los Derechos Humanos que condena «penas o tratos inhumanos y degradantes» y garantiza el derecho a la vida privada y a la correspondencia.

El psicópata noruego comparó su detención con las condiciones en la prisión de Guantánamo, en la isla de Cuba.

«No creo que a nadie le sorprenda esta tortura, sólo hay que ver Guantánamo», se atrevió a decir Breivik a pesar de tener en la cárcel una televisión, una consola de videojuegos, libros, periódicos, máquina de escribir y aparatos de musculación.