Las masacres a tiros alcanzan su récord con Biden: 203 en poco más de cuatro meses

El presidente de los EEUU, Joe Biden, se ha visto sobrepasado ante la cadena de matanzas a tiros en lo que llevamos de año. Con la masacre del pasado sábado en un centro comercial de Texas donde murieron ocho personas se alcanzaron los 199 tiroteos masivos (aquellos con cuatro o más muertos y/o heridos) este año, pero desde entonces se han registro otros cuatro nuevos sucesos que totalizan la cifra en 203. Así, EEUU alcanza la lamentable cifra de su año más sangriento de la historia.

A cada matanza por disparos que se produce en el país, el presidente demócrata sólo sabe decir «que deben prohibirse las armas de asalto en el Congreso». El problema es que en todos los casos no se han empleado fusiles de asalto y que el propio presidente ha hecho recaer toda la responsabilidad en la Cámara de Representantes por su mayoría republicana como forma de librar batalla política contra sus adversarios. En el Senado, los demócratas tienen un mayor control de las votaciones, pero en el tema de las armas siempre hay miembros del partido que no son partidarios de las prohibiciones.

EEUU aprobó un veto federal en 1994 contra las armas de asalto, pero en 2004 expiró sin que el Congreso lo renovara. El actual inquilino de la Casa Blanca no se caracterizó hace 20 años por su labor de lograr una renovación de dicha prohibición.

La tasa a la que se han producido tiroteos masivos en EEUU este año también ha superado con creces la de los últimos años, según datos del Archivo de Violencia con Armas. Por ejemplo, el sombrío récord este año del centenar de incidentes de este tipo se obtuvo el pasado 5 de marzo, casi dos semanas que en 2022.

De acuerdo con esta fuente de datos, 74 personas han sido asesinadas o heridas en tiroteos acontecidos en centros escolares, incluida la matanza de Nashville, (Tennessee) de finales de marzo. Allí, Audrey Hale se convirtió en una de las cinco autoras de tiroteos en masa de la historia de EEUU cuando acabó con la vida de seis personas, incluidos tres niños, antes de que ser abatida por la policía.

Días después, Connor Sturgeon, un joven empleado del Old National Bank en Louisville (Kentucky) asesinó el 10 de abril a cinco personas en el mismo banco antes de que también lo mataran a tiros, lo que elevó a 146 el número de tiroteos masivos en Estados Unidos. Lo que es sorprendente es que desde entonces, y en menos de un mes, se han producido otros 53 tiroteos en todo el territorio.

En lo que llevamos de año se han producido al menos 12 tiroteos masivos solo en el estado de Texas, incluido el del pasado sábado en el complejo comercial Allen Premium Outlets, que mató a ocho personas más el tirador, lo que lo convirtió en uno de los sucesos más mortíferos del año.

El tiroteo masivo en Monterey Park (California) en enero, es por ahora el más mortífero del año después de que 12 personas, incluido el tirador, murieran.

Desde la masacre del sábado, hay que tener en cuenta otros cuatro tiroteos en el país (uno el sábado y tres el domingo) en los estados de Maryland, New Jersey, Missouri y California que dejaron en total seis víctimas y 12 heridos.

Hasta el momento, 14.672 personas han muerto en 2023 debido a la violencia armada en EEUU, incluidas más de 8.000 personas por suicidio con arma de fuego, así como más de 6.000 que fueron víctimas de homicidios, asesinatos y tiroteos no intencionados.

La escalofriante tasa de mortalidad no es sorprendente, con alrededor de 120 armas por cada 100 estadounidenses, según datos oficiales. Ninguna otra nación del mundo tiene más armas civiles que habitantes. De hecho, en el país un 44% de los adultos vive en un hogar con un arma.

El tiroteo del pasado sábado en Texas ocurrió justo antes del primer aniversario de la matanza en Uvalde en el mismo estado en el que 19 niños y dos adultos fueron asesinados a tiros por un joven de 18 años con un arma de asalto.