Internacional

Un ataque terrorista en Mali deja nueve militares muertos

El ataque se ha producido en el campamento militar que el Ejército tiene en Boni

Un nuevo ataque contra las Fuerzas Armadas malienses ha dejado nueve muertos y otros seis militares heridos. El ataque se ha producido en el campamento militar que el Ejército tiene en Boni, una localidad en la ruta que une los importantes enclaves de Sevare y Gao. A través de un comunicado señalan que los heridos fueron trasladados a Sevare gracias a medios aéreos malienses y de la MINUSMA, la misión que Naciones Unidas mantiene en el país.

Durante el ataque, las FAMa, apoyadas por Barkhane, abatieron a una veintena de terroristas y neutralizaron varias de las motocicletas que utilizan con frecuencia para ganar en movilidad en esta zona desértica. Aparte, fue inmovilizado un vehículo blindado que llevaban los atacantes, algo más inusual y que demuestra que sus capacidades se están incrementando pese a los golpes que las operaciones francesas y malienses llevan a cabo contra sus estructuras y medios materiales.

El Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM, por sus siglas en inglés), la rama de Al Qaeda en esta turbulenta región, ha reivindicado el ataque. El JNIM ha sido el culpable también de los últimos ataques contra las fuerzas francesas en los dos meses pasados, y que se saldaron con 5 militares franceses muertos y varios más heridos.

La situación en el Sahel, especialmente en Malí es drástica. La gran movilidad de los grupos terroristas obliga a una alerta continua por parte de las tropas de la MINUSMA, de las FAMa, de las tropas francesas de Barkhane, de la EUTM-Mali o de la Fuerza Conjunta del G5-Sahel. Además, vuelve aún más necesario extender su presencia por el territorio, pero eso conlleva bases más reducidas y vulnerables, algo de lo que los terroristas se han aprovechado en más de una ocasión.

También es necesario destacar la fatiga que acusa Francia por el enorme esfuerzo económico que conlleva semejante despliegue, 5.100 efectivos además de medios materiales terrestres y aéreos, y el coste humano que está suponiendo la presencia en la región, con más de medio centenar de fallecidos.

Debido a todo esto, los próximos meses pueden ser cruciales, para Mali y para la región. En primer lugar, el desenlace del golpe del pasado verano que supuso la dimisión de Ibrahim Boubacar Keita, y que debe conducir a un proceso electoral que una de nuevo a la sociedad maliense con su clase política. En segundo lugar, la progresiva llegada de más efectivos de países europeos aumentará las capacidades para combatir el terrorismo. En tercero, la ampliación de la EUTM-Mali al conjunto de la región supondrá un aumento de los efectivos de las Fuerzas Armadas de los países que serán formados, consolidando la independencia de los países para combatir el fenómeno yihadista. Y, por último, la cumbre de los próximos días en Yamena, Chad, entre los países del G5-Sahel y Francia, en la que se discutirá la situación del país y el papel a ejercer por parte del G5 y su Fuerza Conjunta de alrededor de 5.000 efectivos.

También, Francia utilizará la cumbre para oficializar la salida de los 600 efectivos con los que se amplió la operación Barkhane hace un año en la cumbre de Pau, a la que la de Yamena pretende dar continuidad. En este sentido se espera que la Fuerza Conjunta del G5 gane presencia y peso en la región, para garantizar que los países del Sahel van ganando una mayor independencia e implicación en la lucha contra el terrorismo.

Francia ya ha intentado convencer a Estados Unidos, tras la llegada de Joe Biden, de ampliar su presencia en la región, sin embargo, la nueva Administración no ha mostrado intención de aumentarla, por lo que se mantendrá como hasta ahora dando apoyo, principalmente aéreo, de carácter logístico, junto a la disponibilidad de los drones Reaper para tareas de inteligencia, vigilancia y ataque aéreo.