¿Cómo se hace?
Flores

La flor de invierno: todos los trucos para cuidarla correctamente

La Lycoris radiata, conocida como «flor de invierno», es una de las plantas más llamativas que podemos cultivar. Gracias a sus flores, de una belleza exótica, otorgaremos a nuestro jardín colores que no dejarán a nadie indiferente. Veamos entonces cuáles son sus características y maneras de cuidar la flor de invierno.

La también denominada lirio araña es una planta proveniente de Asia, donde crece de forma silvestre en países como Nepal, China, Japón o Corea, siendo realmente muy común. Bulbosa y herbácea, según su clasificación, es una solución ornamental que queda bien en cualquier lugar.

Una alternativa perfecta para decorar tu casa

Dado que su cultivo es relativamente simple, no muy diferente al de la mayoría de las plantas a las que se parece, en este artículo queremos centrarnos sobre todo en el cuidado de sus flores, que aparecen entre marzo y abril.

A medida que las temperaturas comienzan a bajar, la flor de invierno despliega su particular espectáculo de tonos distintos. Pero no te dejes engañar porque es una especie tóxica, así que es mejor mantenerla lejos de niños y mascotas.

Hecha esta aclaración, lo mejor para que florezca en su máximo esplendor es colocarla en un sitio más bien cálido. Excepto que vivas en una zona con temperaturas por encima de los 35° C en verano, caso en el que sugerimos trasladarla a algún punto con algo de sombra. Respecto al invierno, no suele sufrir tanto la baja temperatura.

Recomendaciones de suelo y riego

La flor de invierno puede cultivarse en maceta sin mayores contraindicaciones, especialmente en aquellas regiones donde la amplitud térmica es muy grande y es probable que tengas que estar moviéndola para protegerla del frío o del calor. Solamente te aconsejamos ser precavido y utilizar una maceta generosa con sus raíces, que son bastante largas.

El drenaje es importante, ya que esta planta puede padecer fácilmente si se encharca por el riego exagerado. Hablando de ello, es conveniente que el aporte de agua sea medido, de unos dos o tres riegos semanales.

Al iniciar la floración, es aconsejable regarla cuatro o cinco veces a la semana para que goce de buena salud. Asimismo, éste es el momento propicio para usar abono específico para plantas bulbosas, que no deberías incorporar antes de que florezca por el peligro de que el exceso de energía acabe dañando ese ejemplar. Ahora ya sabes de qué forma usar y cuidar esa planta.