¿Cómo se hace?
Decoración

Cómo debes aplicar la arquitectura biofílica en casa, una tendencia creciente

Dotar a tu hogar de un diseño que sea visto para ti y los demás no es fácil. Aplicar la arquitectura biofílica en casa es una de las tantas opciones de las que dispones, y vamos a enseñarte cuáles son las principales características de esta alternativa.

Antes que nada, se trata de una corriente que destaca por la incorporación de elementos naturales a los espacios interiores. Buscando el bienestar y la relajación de quienes usan la vivienda, prioriza el contacto con las cosas de la naturaleza.

Así debes aplicar la arquitectura biofílica en casa

El concepto «amor por lo vivo»

Esa es la definición más aproximada de este tipo de construcciones que es tendencia a nivel internacional desde hace unos años. Mientras el público demanda ambientes más prácticos y cómodos, los arquitectos y diseñadores de interiores se las ingenian para posibilitar espacios funcionales en los que haya margen para lo natural. No los conciben sin la luz, el aire, el agua ni las vegetaciones.

Por otro lado, también se acepta la analogía o imitación de los entornos vivos a través de colores y materiales que los emulan. Conociendo todos los detalles de esta nueva moda, el siguiente paso sería saber cómo aplicarla en tu propio inmueble.

¡Súmate y mismo a la arquitectura biofílica!

La habitación donde duermes es clave para la recuperación de las energías. Una buena iluminación ayudará a tu metabolismo a seguir constantemente el movimiento del sol. Así, cuando los rayos solares la inunden por la mañana, te costará mucho menos levantarte.

Además, el caudal de oxígeno influye en tu cuerpo mientras sueñas. La ventilación cruzada y las plantas serán buenas aliadas. Deberías tener en cuenta esta recomendación para los otros  rincones de la casa, con aberturas y diversificando las plantas.

¿Qué pasa con la decoración?

Puedes jugar un poco, pero hay materiales que sobresalen como la piedra, la madera y las fibras vegetales de última generación. Deberías complementarlos con tejidos confortables y transpirables, especialmente en verano. Entre ellos, el lino y el algodón.

Los colores tienen un rol preponderante. Si estás pensando en pintar alguno en las paredes, muévete en la paleta de los neutros. Aunque no cualquier tono sirve sino que se aconsejan aquellos que están en la gama de los terrosos, de los verdes a los marrones.

El color estrella para las paredes es el verde, por ser el que más comúnmente relacionamos con lo natural. Esa selección de tonos no es casual; éstos son los considerados ideales para evitar las distracciones y dormir correctamente.