¿Cómo se hace?
Manualidades

Cómo aprender a hacer tus propios mandalas

Aprender a hacer tus propios mandalas es una tarea que puede ayudarnos a desestresarnos y relajarnos.

Aprender a hacer tus propios mandalas es una tarea que puede ayudarnos a desestresarnos y relajarnos. Se trata de una actividad que nos permitirá obtener unos resultados perfectos para cuerpo y mente. El uso de estos dibujos no es una simple cuestión de colores o de formas, va mucho más allá. En esta técnica obtendremos la posibilidad de entrar en contacto con nuestro mundo interior. Cada mandala tiene un significado y nos permita saber un poco más de nosotros mismos. Crear nuestros propios diseños nos ayudará a dar un paso más allá de este proceso, toma nota de cómo hacerlo.

Materiales para hacer tus propios mandalas

Pasos para hacer tus propios mandalas

  1. Para poder hacer nuestros propios mandalas el primer paso será hacernos con un lugar intimo y relajarnos un poco más. En un ambiente más adecuado vamos a poder concentrarnos en esta búsqueda interior que gracias a este proceso conseguiremos.
  2. Preparamos los materiales y nos ponemos manos a la obra, podemos ponernos un poco de música para ambientarnos. Empezaremos haciendo un gran circulo a mano alzada o con ayuda de una plantilla.
  3. Dentro del circulo debemos ir poniendo unas formas geométricas básicas. Un cuadrado, un punto central que nos servirá de eje y un punto de partida para el diseño. El mandala es un tipo de dibujo geométrico que admite una gran variedad de formas, deberemos escoger la que más nos guste.
  4. Una de las normas básicas a la hora de dibujar un mandala que debemos tener en cuenta es que los elementos que se repiten deben ser pares. En el universo todo se une de dos en dos y por muchas formas geométricas que dibujemos serán siempre pares.
  5. Vamos trazando la línea de los cuadrados o formas que más nos gusten hasta rellenar todo el circulo. Tendremos casi listo nuestro mandala, podemos copiar algunos o darle rienda suelta a nuestra creatividad. La idea es poder ir desarrollando una serie de figuras que nos inviten a reflexionar sobre nosotros mismos. Piensa en flores, figuras o patrones que hayas visto o te gusten.

Solo nos quedará pintar el mandala de aquellos colores que más nos gusten. El significado de estos colores es tan o más importante que los dibujos. Al final de este proceso analizaremos el resultado, agradeciendo estos instantes de paz de los que hemos disfrutado.