Historia

«Ni uno atrás»: La historia de Desmond Doss, el soldado pacifista de la II Guerra Mundial

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Desmond Doss consiguió la Medalla de Honor

En el año 2006, el actor y director, Mel Gibson, realizó la que ha sido su última película hasta la fecha como directo, ‘Hasta el último hombre’. El film recogía una de las historias más relevantes ocurridas durante la II Guerra Mundial centrada en el soldado pacifista Desmond Doss, que llegó a conseguir la Medalla de Honor del Congreso de los Estados Unidos por salvar a más de 70 compañeros en el frente, sin utilizar un solo arma.

La historia de Desmond Doss es curiosa. Se convirtió en el primer objetor de conciencia en recibir este honor, que solo han recibido dos personas más en Estados Unidos, y también se convirtió en un héroe nacional.

Criado bajo una estricta educación religiosa al amparo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Doss estuvo muy influenciado durante su niñez por los mandatos de la Biblia, en especial el de ‘No matarás’. Esta creencia en los mandamientos de Dios fueron llevados al extremo cuando en 1943 se presentaba voluntario para formar parte de Ejército americano y participar en la II Guerra Mundial.

Objetor de conciencia

A pesar de presentarse como voluntario para cumplir el servicio, Doss tuvo claro que jamás cogería un arma para matar a otra persona, algo que en frente, en mitad de una guerra, pocos veían probable. El objetor de conciencia se presentaba como un colaborador de Dios y de su país, y por tanto, iría al frente, pero no mataría a nadie.

La única salida que vieron sus superiores fue incluirle en el cuerpo médico de la 77 División de Infantería destinada en Okinawa. Durante su estancia en Okinawa, Desmond Doss y su batallón se enfrentaron a un batallón japonés en un acantilado de 150 metros de altura, donde los marines fueron acribillados por la metralla nipona.

La gesta de Doss

Según la historia, y tal y como refleja el film de Gibson, adornado con un cierta dosis de heroísmo, Doss se convirtió en el soldado más valioso de aquella encerrona para sus compañeros. El soldado logró sacar de allí a 75 compañeros para que fueran bajados en cuerdas por el acantilado.

Se pasó días rescatando compañeros ya que iba solo y los transportaba a lomos de sus espaldas ignorando el fuego cruzado que se producía cada vez que pisaba la montaña. En uno de sus viajes fue alcanzado en una pierna y estuvo cinco días en el suelo, herido, hasta que llegaron a encontrarlo.

Cuando lo transportaban en camilla, fue herido en un brazo y Doss rompió por un momento su juramento: cogió un fusil por primera vez pero no para usarlo contra otros, sino entablillarse el brazo herido.

 

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