Mitos de pueblos falsos: los pueblos potemkin
Entre los mitos que se han ido creando a lo largo de la historia, está el mito de los pueblos falsos, los llamados pueblos potemkin.
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Los pueblos potemkim son creaciones que tienen por finalidad mostrar una fachada más próspera de la real. Su nombre se origina en la idea de que Grigory Potemkin fue quien ‘disfrazó’ toda la zona que sería visitada por la reina Catalina. A partir de ahí, algunos casos constituyeron una forma de aparentar una situación mejor, en otros directamente fingían la existencia de un pueblo inexistente. Eran los principios de la Rusia que conocemos hoy en día.
Nacimiento de los pueblos potemkin
Los orígenes del término pueblos potemkin se basan en una leyenda urbana en la Nueva Rusia. Por aquel entonces, Grigory Potemkin se había convertido en el gobernador. Cuenta la historia que, ante la próxima visita de la Reina Catalina para conocer las nuevas posesiones, el político ordenó la construcción de falsas aldeas.
Se levantaron muros que simulaban ser las fachadas del pueblo. Los campesinos se aglomeraban en estas construcciones en zonas donde en realidad, no vivía nadie. Una vez que la reina pasaba, admiraba la prosperidad del lugar, todo se trasladaba hasta otro valle para dar la misma impresión.
Esta leyenda se trasladó de generación en generación y así se comenzó a hablar de los pueblos potemkin en el mundo entero. Incluso en la actualidad se utiliza y se afirma la existencia de estos pueblos fantasmas en varios países. Una estrategia política para ocultar ante el resto una situación de decadencia.
Pueblos Potemkin: ¿un mito?
Muchos historiadores coinciden en que los pueblos potemkin son un mito. Por lo menos, que la historia que les da su origen, así lo es. El mayor argumento es la cercanía que poseían Potemkin y la reina Catalina, lo que hace dudar de un intento de engaño.
Por otro lado, se argumenta que la reina no tendría la inocencia para aceptar estas simples fachadas como una aldea real. O lo que sería peor aún, no identificar que en cada valle se repetían las mismas escenas, incluso con los mismos aldeanos.
Hay que recordar que también están los que siguen creyendo en esta historia y afirman que el hecho sucedió. Quizá no para engaño de la propia reina, pero sí para aquellos que la acompañaban y a quienes buscaban como socios políticos. En definitiva, los pueblos potemkin se asocian con lo ostentoso, aunque falso.
En la actualidad, hay documentos de pueblos enteros que se han revestido con papel y lonas. Es una forma de generar una especia de ilusión óptica en la que los edificios abandonados parecieran tener actividad y la economía perdida estar en pleno auge.
Quizá nunca se sabrá con certeza el origen de los pueblos potemkin, pero que los hay, es una realidad bastante constatada.
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