Historia
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La espada de San Galgano: la espada en la roca italiana

La leyenda de Excalibur es una de las historias medievales más recurrentes que existen a nivel mundial. A pesar de todo, jamás se ha datado la existencia de esta espada legendaria asociada al rey Arturo, otro de los personajes más famosos que se mueve entre el mito y la realidad. Existe constancia de una espada en la piedra real, pero no está en Reino Unido, está en Italia, en la conocida como Abadía de San Galgano.

¿A quién perteneció esta espada?

La espada en la roca de San Galdano mezcla un poco de todo lo que tiene las viejas historias medievales: realidad, ficción, alquimia, leyenda y un punto de heroicidad asociada a una gran historia.

Galgano Guidotti fue un caballero del siglo XII, de buena familia, que se prometió con una buena mujer para casarse. Con una juventud disoluta, Galgano tuvo varios encuentros trascendentales con el arcángel San Miguel que le hicieron plantearse su vida y su futuro. Se retiró de la buena vida y comenzó a vivir a las afueras de Siena.

Pocos días después de la muerte de su padre, en una visión nocturna, -aunque para otros fue cuando su caballo lo tiró al suelo y lo dejó inconsciente- San Miguel lo llevó ante los apóstoles y le ordenó que construyera un templo para Jesús.

Su caballo lo guió hasta Montesiepi y para convertirse en hombre de Dios, clavó su espada en una roca, como si fuera una cruz, y prometió ser un siervo de Dios.

Curiosamente, al contrario que hizo Arturo en su leyenda, Galgano dejó de utilizar su espada para rendirse a los demás y para no luchar nunca más en su vida.

¿Dónde está la espada?

Galgano murió alrededor del año 1181, justo cuando el papa Alejandro III le encargó construir la abadía cerca de esa capilla que él ya tenía lista. Miles de peregrinos llegaban cada año para observar esta construcción fruto de la fe de Galgano.

Su historia es singular comparada con otras. Mientras la espada de San Galgano todavía se puede visitar junto a las ruinas de la abadía a pocos kilómetros de la ciudad de Siena, la de Arturo no se ha llegado a conocer, y sus historias, aunque parecidas,son diferentes.

La de Galgano se sostiene por documentación de todo tipo, escrita y arqueológica, además de estar documentada su vida como monje, mientras que la del rey Arturo se sigue perdiendo en la leyenda poco comprobada y no demostrada.