Historia
Mitología

Caronte, el barquero que te trasladaba al inframundo

La mitología griega está llena de grandes historias y personajes que suelen ser muy llamativos de conocer. Uno de los más enigmáticos y a la vez más interesantes, es Caronte, el barquero que trasladaba a los muertos hasta su destino final: el inframundo.

Esta misión de Caronte,  que esperaba la llamada de sus hermanas las Noiras, que lo avisaban cada vez que una alma llegaba hasta sus dominios. Una vez allí, estas almas eran trasladadas por Caronte hasta el Hades, en un empleo infinito del barquero que solo era turbado cuando un humano se colaba para penetrar en el inframundo, casos de Hércules y Orfeo, y tenía que impedírselo.

Origen del mito de Caronte

Gustavo Doré

Según la mitología griega, Caronte era hijo de Nix y Érebo. Nix, diosa de la noche, estaba dotada de una belleza sobrehumana, que hasta el propio Zeus le temía. En esta misma mitología se cuenta que Nix surgió de Caos, su madre que había participado en la creación del Universo.

Nix, hermano de Érebo y a la vez esposa, consiguió alumbrar a muchos hijos sin la ayuda de Érebo, aquí nació Caronte junto a muchos de sus hermanos: Moros, el Destino; Ker, la perdición; Eris, la Discordia o las Morias o Parcas entre otros.

Con esto, Caronte se hizo con la misión de controlar el paso del mundo de los vivos al Hades, trasladando las almas por el río Aqueronte, ‘río de dolor’, por el que las almas en pena llegaban a su destino.

Según recoge la extensa mitología griega, a Caronte, que significa «brillo intenso», se le representa como un anciano con largas barbas y descuidado, que movía su barca con ayuda de una pértiga. Sus barbas blancas y desarrapadas contrastaban con el frío de la noche en la que se movía y la dejadez de su barca, siempre oxidada y vieja.

Las Moiras, sus hermanas eran las encargadas de avisar a Caronte de que una alma se encontraba esperando para ser trasladada al Hades y este se acercaba a la orilla para transportar al muerto hasta su destino final.

Los griegos de la época, muy creyentes de sus dioses y mitos, tenían que recompensar a Caronte por el viaje, y para que su familiar o muerto no se quedara bagando por las oscuras aguas entre el mundo de los vivos y el Hades, ponían una moneda bajo la lengua para que el barquero los llevara a su destino de muerte final.

El fallo de Caronte

A Caronte se le imaginaba un semblante agrio que no conseguía conectar con las almas en pena que tenían que ser trasladadas al Hades. Los dioses confiaban en él pero en dos ocasiones tuvo que ser castigado por los dioses por no cumplir su cometido.

Las dos ocasiones fueron cuando dos mortales cruzaron el río y llegaron al Hades sin morir en el intento. El primero fue Hércules, el hijo de Júpiter, el equivalente a Zeus para los griegos, medio mortal medio dios. No se sabe cómo, Caronte lo trasladó al Hades sin mediar palabra y sin pedir su moneda a cambio. Por esto fue castigado.

La segunda ocasión que los dioses tuvieron que castigar al barquero fue cuando Orfeo cruzó el río sin morir. Gracias a que Orfeo lo encandiló con su música, el mortal logró pasar al Hades, y lo hizo junto a Psique, que representaba el alma. Caronte fue duramente castigado por los dioses durante un año.

El mito de Caronte está representado a lo largo de la historia en numerosas obras artísticas así como en diferentes obras literarias del mundo antiguo que hacen referencia a labor de el barquero del inframundo.