Historia
Historia de España

Bárbara de Braganza, la infanta portuguesa que reinó en España

La historia de la portuguesa Bárbara de Braganza no es la típica historia de reinas consortes que son un mero adorno del monarca de turno. La infanta portuguesa llegó a España sin hacer mucho ruido, pero con buena cultura, su conocimiento de la política y su sensibilidad, acabaron por enamorar a Fernando VI y a la España del siglo XVIII.

La única que no consiguió tener simpatía por ella fue su suegra, Isabel de Farnesio, madrastra de Fernando, que vio en Braganza una auténtica competidora para sus planes en la corte española.

Bárbara de Braganza contrajo matrimonio con Fernando VI en 1729, en la ciudad de Badajoz. La pequeña infanta portuguesa serviría de buena unión para España y Portugal después de la vuelta de Felipe V al trono. Esta alianza contempló dos matrimonios de conveniencia: el de Fernando con Bárbara y el de María Victoria, hija del segundo matrimonio de Felipe, con José, heredero al trono portugués.

Esta alianza entre Fernando VI y Bárbara de Braganza resultó ser muy provechosa para el rey, ya que la capacidad política, sobre todo en asuntos de exterior, de Braganza, sirvió a Fernando para lidiar algunas arduas batallas con los países enemigos.

Amante de la cultura

La pequeña Braganza nació en 1711 en la capital portuguesa de Lisboa. Fue educada por tutores excepcionales que le inculcaron, gracias a su padre, el rey Juan V de Portugal, el amor por el arte y la cultura. Hablaba siete idiomas y su capacidad para convencer, y debatir, se hicieron famosas durante los años de reinado de su esposo. 

A pesar de que no era la más agraciada, si llegó a ser muy querida en la corte española, a pesar de los intentos de Isabel de Farnesio porque esto no ocurriera. La propia Isabel se encargó de aislar a la pareja durante casi una década para que no influyeran al rey en su decisión para el trono.

Gracias a la mano de Bárbara de Braganza, la pareja pudo manejar la situación manteniendo secretas alianzas con la corte y países vecinos.

Reina en 1746

Fernando VI accedió al reinado en 1746, inmerso en una Guerra de Secesión que acabaría dos años después. Durante este reinado, Bárbara de Braganza se convirtió en la gran aliada de su marido, sobre todo en política exterior.

Logró que las artes llegaran a España de una manera más intensa, protegiendo a la Academia de las Bellas Artes de San Fernando, al Jardín Botánico, incluso defendiendo a cantantes tan destacados de la época como Farinelli. Además fue la promotora de Convento de las Salesas en Madrid, donde se encargaría de educar a niñas de alta cuna.

Poco después de la inauguración del convento, Bárbara de Braganza se retiró a Aranjuez donde moriría en 1758, dejando a Fernando VI totalmente devastado y sumido en una locura de la que no llegó a recuperarse.

Un año después, el 10 de agosto de 1759, Fernando VI corría la misma suerte que su esposa, y murió. Los reyes no habían dejado descendencia en forma de hijos, a pesar de lo enamorados que estaban, así que el camino quedó libre para Carlos III, hijo de Isabel de Farnesio.

Sus resto se encuentran en el convento que ella misma había fundado junto a su marido.