Hablemos de futuro

La lucha por un emprendimiento sin barreras

Casi el 5% de la ciudadanía española en edad de emplearse tiene alguna discapacidad. Es decir, alrededor de un 32%, según los datos del INE, está trabajando e inmersa en el mercado laboral. Sin embargo, queda muy muy lejos de la población activa sin discapacidad trabajando: casi un 80%, según las mismas fuentes oficiales.

Si duda, estos datos, muestran que las personas con discapacidad, ya sea física, psíquica, intelectual o sensorial, viven en situación de vulnerabilidad en la inclusión laboral. Por ello, es necesario llevar a cabo iniciativas que potencien y empoderen a un colectivo que puede tenerlo más díficil, no sólo a la hora de encontrar un empleo, sino, además, en poner en marcha ideas de negocio y emprendimiento.

Competencias socioemocionales

En este sentido, Ángel Olaz, profesor del departamento de Sociología de la Universidad de Murcia e impulsor del proyecto ‘Discapacidad y Emprendimiento. Análisis Competencial’, cree que una persona con o sin discapacidad siempre requiere de estímulos emocionales, así como adquirir los conocimientos y capacidades para construir un proyecto empresarial.

“Incorporar este conjunto de competencias socioemocionales es clave para el desarrollo de un modelo de negocio y, esto, no debe improvisarse”, explicaba hace apenas unas semanas el docente que, junto con Pilar Ortiz, lleva casi un año analizando el emprendimiento de este colectivo.

Se ha llegado a la conclusión, y así lo explica Ortiz, de que las personas con discapacidad “tienen mayores dificultades para crear empresas”, no sólo por sus limitaciones físicas o psíquicas, sino también por motivos de edad, nivel socioeconómico o marco legislativo. “Cada vez se emprende con más edad, un problema en personas con o sin discapacidad, lo que hace que la empresa tenga menor recorrido”, concluye la investigadora de la Universidad de Murcia.

El medio debe adaptarse al colectivo, no al revés

Por su parte, Olaz cree, además, que “es el medio el que debe adaptarse a la persona con discapacidad, no al contrario, y poner a su disposición los medios necesarios para que esa adaptabilidad se lleve a cabo”. Señalan también desde la Universidad de Murcia, tras entrevistarse con decenas de perfiles relacionados con el colectivo delas personas con discapacidad–asociaciones, personas con discapacidad o profesionales del sector del emprendimiento–, que la normalización es un factor imprescindible.

“Si nos atenemos a los datos, esa normalización no existe. Para ellos es importante sentirse apoyados y acompañados, sentirse capaces en todo momento”, señala Ortiz. Por ello, y a tenor de estas conclusiones, es importante un acceso adecuado a los recursos financieros, tanto públicos como privados, y, además, conformar programas que impulsen el ecosistema de emprendimiento para personas con discapacidad.

Eso sí, advierten, en el caso de las ayudas públicas por parte de los diversos gobiernos no sirve sólo con elevar la inversión porque, además, es importante la alianza entre el sector público y el privado para salir victoriosos. “La trampa”, explican los investigadores, “es que cree que con poner dinero es suficiente, pero hace falta que haya unidades especializadas dedicadas a atender a estas personas”.

Banco Santander se mueve por las personas

En este sentido, desde Banco Santander han impulsado, a través de Fundación Universia, el ‘Desafío de Emprendimiento Global’, un concurso que premia de forma anual a los diez mejores proyectos de emprendimiento, tanto de emprendedores con discapacidad, como de proyectos que tratan de mejorar la vida de este colectivo

La iniciativa de Fundación Universia, según las bases del concurso, está dirigida tanto a emprendedores con discapacidad de todas partes del mundo que posean un proyecto construido, así como un certificado oficial de discapacidad emitido por las Administraciones pertinentes, como a proyectos de emprendimiento cuyo fin sea mejorar la vida de las personas con discapacidad.  Además, los emprendedores ganadores podrán poner las mejores ideas en marcha e impulsar sus proyectos durante un plazo de tres meses con el asesoramiento de los mejores mentores procedentes todas las industrias y áreas de especialidad.

Los mentores poseen un gran peso en este ‘Desafío de Emprendimiento Global’ porque conectan con emprendedores y tienen el poder en sus manos, no sólo de contribuir a un proceso de cambio social y empresarial, sino también compartir sus conocimientos con los demás enriqueciéndoles.

Gracias a estas iniciativas privadas, donde prima la empatía y el asesoramiento más profesional, la inquietud emprendedora de este colectivo se llena de esperanza y de fuerza, ya que hay muchas personas con ideas fascinantes que están dispuestos a moverse por el bienestar de toda la sociedad.

“Hay más de necesidad que de oportunidad en el hecho de que personas con algún tipo de discapacidad se decidan a emprender, por lo que la mayoría desearía tener estabilidad en un trabajo. Todavía estamos hablando de inclusión cuando debería ser algo normal. Para ellos el acceso a la financiación puede ser más dificultoso”, explican desde el proyecto de investigación murciano.

No pueden existir barreras para las grandes ideas.