Es la hamburguesa más cara de España pero merece la pena: está en este restaurante de Madrid
Este restaurante es un referente histórico de lujo
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España es conocida por su rica oferta gastronómica, y las grandes ciudades, como Madrid, son verdaderos epicentros culinarios donde se pueden encontrar desde bares tradicionales de tapas hasta restaurantes de alta cocina. Un ejemplo de exclusividad en la capital es el restaurante Horcher, un establecimiento que impone un código de vestimenta que requiere el uso de americana para poder entrar y sirve la hamburguesa más cara de España.
Este lugar emblemático, inaugurado en 1943 frente a la Puerta de Alcalá, tiene una historia fascinante que se remonta a Alemania, donde fue fundado por Gustav Horcher. Hoy en día, es la cuarta generación, liderada por Elisabeth Horcher, la que continúa la tradición familiar. Con una clientela que incluye a figuras célebres como Sophia Loren, John Wayne y Salvador Dalí, se ha mantenido como un símbolo de la alta gastronomía a lo largo de la historia. Sus platos, que rinden homenaje a la tradición, incluyen delicias como la perdiz a la prensa y un postre alemán clásico, el baumkuchen.
Este restaurante de Madrid sirve la hamburguesa más cara de España
El restaurante Horcher, situado en la calle Alfonso XII, frente a los Jardines del Retiro en Madrid, fue inaugurado en 1943 por Otto Horcher, quien trasladó el negocio familiar desde Berlín. El restaurante original fue fundado en 1904 por Gustav Horcher, padre de Otto, y era frecuentado por personalidades como el presidente alemán Hindenburg.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Otto Horcher se trasladó a España y abrió el restaurante en Madrid con el apoyo del régimen franquista. En aquellos años, Horcher se convirtió en un lugar de reunión para la élite alemana, incluyendo oficiales nazis y espías. A lo largo de las décadas, el restaurante fue evolucionando, manteniendo siempre su enfoque en la alta cocina y los platos de caza. Destaca por su elegante decoración, su cocina clásica de carnes de caza y postres icónicos como el baumkuchen y el crêpe Sir Holden.
A pesar de haber vivido épocas de esplendor, con el paso de los años, su relevancia en la escena gastronómica madrileña ha ido disminuyendo, aunque sigue siendo un referente histórico de lujo.