España
Cake habla con la familiar de dos víctimas que sobrevivieron a la matanza yihadista

«Yo sí tengo miedo»

Ha pasado un mes desde los atentados que el pasado 17 de agosto segaron la vida de 16 personas entre Barcelona y Cambrils, una masacre yihadista que dejó una herida de difícil cicatrización en el mundo civilizado y en multitud de familiares de víctimas mortales o que, afortunadamente, pudieron sobrevivir. Una de estas familiares es Adriana Martín Olmos: una hermana y su madre fueron atropelladas en La Rambla. Por suerte, pueden vivir para contarlo desde el hospital.

Adriana ha charlado un mes después con CiudadanOK, contando cómo vivió aquel terrible día. “Sabía que mi madre y mi hermana habían bajado a Barcelona, pero no sabía dónde habían ido. Empecé a llamar, a mandar whatsapps, pero no tenía respuesta, así que llamé a mi padre, que vive en Suecia y estaba en casa de mi hermana. Me dijo que no me preocupase, pero luego en un vídeo de youtube vio a mi madre, a su esposa…”.

En el hospital «mi madre entró consciente, con ocho costillas partidas, contusiones, moratones… Y mi hermana, con coma inducido. Luego ya fue despertando…”. “Mi hermana es un milagro que esté viva, lo dicen los médicos…” cuenta emocionada.

Relata Adriana que «ves que pasan cosas, lo de Niza, lo de Londres… Hay riesgo, sí, pero hasta que pasa y encima te toca, no te lo crees de verdad”.

El lema en las manifestaciones posteriores fue ‘no tenim por’, ‘no tengo miedo’, pero para un familiar de víctima, se trata de un slogan vacío de verdad. Ella tiene claro que «yo tengo miedo. Quién hizo ese slogan de ‘no tenim por’, no sé quién lo hizo, pero yo sí que tengo miedo. Cada vez que me encuentro con una furgoneta blanca me da pánico, la relaciono con el atentado».

Y dolida cuenta Adriana que «tengo rabia por el comentario de Colau, cuando dijo que no iba a colocar jardineras por la calle como sí han hecho en otras ciudades. Es que dice que Barcelona es una ciudad de ‘libre expresión’, o no sé qué comentario así. Ahora me sienta mal, pero en el momento de decirlo era de ‘si me la encuentro cara a cara, le digo cuatro cosas’”.

Denuncia que «a fecha de hoy, a mis familiares no ha ido ningún psicólogo a visitarles al hospital. Yo sí que tengo que agradecer, así lo digo, que los primeros días en el Hospital del Mar estaba la Cruz Roja, y estupendo. El trato, la atención, la ayuda de un psicólogo… Pero luego ya en el Hospital de Sant Pau, ni un psicólogo, nada».

Pero sí encontró un oásis de comprensión en «la Asociación de Víctimas del Terrorismo, que sí han empatizado y me han ayudado. Ahí vi luz, esperanza, que alguien te escucha y te dicen las cosas qué pasarán, qué pasos tomar. Se agradece»