La venganza de los ‘alfonsistas’: pedirán a Feijóo que fuerce un congreso y se presente contra Casado

Alberto Nuñez Feijoo
Pablo Casado y Alberto Nuñez Feijoo. (Foto: EFE)
Carlos Cuesta

El ex presidente del PP vasco Alfonso Alonso se ha despedido a regañadientes tras ser relevado por Pablo Casado. Pero sus fieles no dejaban de repetir este domingo y lunes un plan para vengarse: instar al presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, a levantarse contra el líder nacional en caso de que el gallego obtenga mayoría absoluta en las muy cercanas elecciones de esa comunidad autónoma.

Los deseos de venganza de algunos de los seguidores de Alfonso Alonso son profundos. Pero su sueño no será fácil de cumplir. Y es que, para ello, los ‘alfonsistas’ dependen de varias condiciones. La primera de ellas, que Alberto Núñez Feijóo gane por mayoría absoluta su próximo reto electoral gallego. La segunda, que el líder gallego quiera desafiar al presidente nacional en un congreso extraordinario, cuando decidió no presentarse a las primarias que dieron la victoria a Pablo Casado hace año y medio. Y la tercera, que el resto de líderes regionales respalden el deseo de suplantar a Casado en un momento en el que el actual presidente parece evidente que se encamina a integrar –y, por lo tanto, absorber– a uno de sus dos grandes rivales: Ciudadanos.

Pero, pese a las múltiples dificultades para poner en práctica su venganza, resultaba difícil no escuchar en las últimas horas a algunos de los seguidores del destituido Alonso esgrimir con detalle sus deseos. Y es que el duelo mantenido por Alonso frente a Casado en los últimos meses concluía con el conocido resultado del triunfo del presidente nacional. Esa derrota está siendo difícil de digerir para algunos en el PP vasco.

No es la primera vez que los de Alonso –con él a la cabeza– han esgrimido ese plan de venganza. Posiblemente tantas veces como ocasiones han visto incumplirse sus deseos.

Motín

No dudaron en intentar impulsar este motín tras el 28-A, aprovechando la caída en escaños del PP hasta quedarse en 66 diputados. La llegada del 10-N y la subida de los populares hasta los 89 escaños frenaron sus ansias. Sus planes, de hecho, pasaban por el hecho de que otros territorios del PP se sumaran a la revuelta, ante la evidencia de que el peso específico del Partido Popular vasco es tan pequeño, que su motín posiblemente ni se hubiera notado. Pero lo cierto es que ningún territorio se sumó a sus deseos desestabilizadores.

No fue porque no lo intentaran. Porque lo cierto es que, en sus ganas de amotinarse, atacaron a Casado, por ser el líder, y al propio secretario general de la formación, Teodoro García Egea, por trasladar su poder a cada regional del PP. Pero ni los ataques contra el primero, ni los envites al segundo fueron secundados por los hombres de peso del partido.

Ahora, Pablo Casado cuenta con un grupo parlamentario y una dirección nacional a imagen y semejanza suya. Algo que hará más difícil el supuesto ataque que en el pasado.

Pero, pese a ello, los ‘alfonsistas’ prefieren seguir pensando en su venganza. Una que exige, como primer plato, convertir la campaña de Carlos Iturgaiz -como nuevo candidato del PP en las elecciones vascas del próximo Domingo de Ramos- en toda una carrera de obstáculos.

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