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Vandalizan con una esvástica la placa en homenaje a un asesinado por ETA justo cuando prescribe su caso

Poco después de conocerse que su atentado quedaba cerrado para siempre, la placa en homenaje a Modesto Carriegas ha aparecido vandalizada

Otro asesinato de ETA que cae al saco del olvido y queda prescrito, como ocurre con buena parte de los 379 que la banda dejó sin resolver. Al empleado de banca Modesto Carriegas ETA lo secuestró en enero de 1979, y sólo nueve meses más tarde, en septiembre, este director de una sucursal de Baracaldo volvió a cruzarse con la banda terrorista. Tres encapuchados le acribillaron a tiros en su portal el 13 de septiembre de ese año. La Audiencia Nacional ha dado por sobreseído su caso este pasado mes de enero, al transcurrir el tiempo suficiente como para que prescriba la investigación. Según recuerda el tribunal, ninguno de los terroristas detenidos tras el crimen colaboraron aportando detalles de lo ocurrido. Esta misma semana, como si alguien lo hubiese celebrado, la placa que recuerda en Barcalado a esta víctima de ETA ha aparecido vandalizada con una esvástica.

«La Sala acuerda: Declarar prescrito el delito que dio lugar a la formación de la causa, y declarar extinguida la responsabilidad criminal, así como el sobreseimiento libre de las actuaciones y el archivo definitivo». Una treintena de palabras que se han repetido en los últimos años para, como exige la ley en los plazos marcados, dar carpetazo a los atentados cometidos por ETA. Los crímenes sin esclarecer, 379, de los que muchos se han saldado sin condenas y ni siquiera sin saber a ciencia cierta quién apretó el gatillo.

Este último sobreseimiento lo firmó la sección 2 de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional el pasado 11 de enero, y en ella se daba por extinguida la investigación sobre la muerte de Modesto Carriegas Pérez. Era director de una oficina del Banco Hispano Americano en Baracaldo (Vizcaya). Tenía 47 años cuando fue asesinado.

Entiende la Audiencia que procede el sobreseimiento «al no haberse identificado a los presuntos autores y haber transcurrido el tiempo necesario para que opere la prescripción (…) al haber transcurrido los veinte años establecidos a los hechos susceptibles de ser castigados con penas de reclusión mayor, supuesto de hecho con el que nos encontramos». «No existe tampoco ninguna declaración o testimonio de integrantes de la banda terrorista, a los que se detuviera en su momento e hicieran mención concreta de estos hechos», recuerda la Audiencia, recalcando la nula colaboración por parte de los terroristas.

Secuestrado y tiroteado

A Modesto Carriegas se le cruzó ETA dos veces, las dos en 1979. En la primera se llevó el susto de su vida. En la segunda le arrebataron la vida. El 27 de enero de aquel año, un grupo de terroristas de ETA entraron armados con subfusiles en la sucursal que dirigía, se hicieron con 10 millones de pesetas y se llevaron secuestrado a Carriega, a punta de pistola. Lo llevaron hasta Bilbao, donde le advirtieron que debía permanecer durante horas en un bar sin dar la voz de alarma.

Repuesto de ese suceso, transcurridos nueve meses, ETA volvió a poner su diana en Modesto Carriegas. El 13 de septiembre, cuando Modesto salía de casa a primera hora de la mañana rumbo a su oficina, tres miembros de ETA le abordaron junto al ascensor de la finca. Le dispararon cuatro tiros a bocajarro, dos en la cabeza y dos en el estómago.

Poco después de su entierro, la familia recibió noticias de ETA. Se trató de una carta en la que se les instaba a abandonar inmediatamente el País Vasco si no querían tener el mismo destino que Modesto Carriegas. Su hijo Rafael es quien ha actuado de recurrente en la causa de la Audiencia Nacional a la que se ha acabado dando carpetazo.

Como si alguien hubiese conocido este sobreseimiento, y a modo de macrabra celebración, la placa en homenaje a Modesto Carriegas situada en Baracaldo ha aparecido esta semana vandalizada. Está colocada a pocos metros del portal donde residía y fue asesinado.

Pintada sobre la placa en homenaje a Modesto Carriegas (Foto: El Correo).

El doble juego de Marlaska

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, participó este pasado martes en la presentación del libro Sin justicia: más de 300 asesinatos de ETA sin resolver, en el que se recuerdan uno a uno los 379 crímenes cometidos por la banda cuyos autores no han podido ser identificados y juzgados. En parte, por la nula colaboración de los terroristas de ETA presos, que pudieron conocer detalles de esos crímenes y no han querido desvelarlos. Estos presos han sido acercados en su totalidad al País Vasco por el Gobierno de Pedro Sánchez, a pesar de no cumplir con el requisito de colaborar con la Justicia para ayudar a resolver esos asesinatos.

La presentación de ese libro tuvo lugar en el Ateneo de Madrid. En el acto, además de Marlaska, intervinieron el autor, el periodista experto en ETA Florencio Domínguez (director del Centro para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo), y la ex eurodiputada socialista Paca Sauquillo.

El libro es una denuncia sobre los cientos de familias que aún no conocen quién mató a su ser querido por orden de la banda. Aquellos pistoleros que siguen protegidos por los miembros de ETA, en libertad y en prisión, que no han ayudado a esclarecer esos crímenes.