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UGT y CCOO irán a la huelga general contra Sánchez tras el verano si no accede a subir el SMI

Los sindicatos llevan varias semanas presionando al Gobierno pero la interlocución con Sánchez es nula

Los expertos rechazan la subida del SMI de Yolanda Díaz: «No es el momento, estamos en plena recuperación»

Lo que le faltaba a Pedro Sánchez

  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

La negativa del PSOE a acometer la reforma laboral, el retraso en la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), la incapacidad del Gobierno para frenar la subida de la luz… «Motivos nos sobran para ir a la huelga general», sostienen fuentes de los dos principales sindicatos en conversación con OKDIARIO. Y es que CCOO y UGT se preparan ya para volver a salir a la calle con la convocatoria de un paro generalizado en España, el primero contra Pedro Sánchez.

Los sindicatos, en sus reivindicaciones, van de la mano con Unidas Podemos. Ambos comparten la necesidad de derogar la reforma laboral o subir el SMI este mismo año, algo que no se ve con buenos ojos en el ala socialista del Gobierno, que ahora apuesta por la recuperación económica. Opinión que comparten los expertos. Hace semanas que los líderes de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, avisan a Sánchez de que no se van a quedar de brazos cruzados, pese a la evidente cercanía que tienen con el Gobierno de coalición

El rechazo de la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, reforzada tras la crisis de Gobierno, a dar luz verde al aumento del SMI, es una de las cuestiones que más cabrea a los sindicatos. La responsable económica defiende aplazar esa subida hasta 2022, posición a la que ha arrastrado a Sánchez, mientras UGT y CCOO, como Unidas Podemos, no entienden que «España sea el único país de Europa» que congela el sueldo mínimo.

Julio como fecha tope

«Dependerá de cómo vaya todo» sostiene un dirigente sindical, preguntado por la opción de que esa huelga general de la que ya hablan en los foros de coordinación de ambos sindicatos se produzca a medio plazo. Sería antes de acabar el año, entre octubre y noviembre. Y ese «como vaya todo» es, básicamente, que el Gobierno coja el toro por los cuernos y se ponga manos a la obra en las reivindicaciones de los sindicatos.

Finales de julio, es decir esta semana, antes de irse de vacaciones, es la fecha tope que se han puesto CCOO y UGT en su calendario de trabajo interno para avanzar en la organización de esa huelga o paralizar la propuesta. Creen que el presidente Pedro Sánchez, antes del último Consejo de Ministros previsto para el 3 de agosto, debería tomar una decisión de si su Gobierno va a cumplir con la subida del SMI o no en este ejercicio.

Sin interlocución con Sánchez

Más allá de las fotos en los grandes acuerdos del diálogo social, en los que los ministros Yolanda Díaz y José Luis Escrivá se encargan de negociar con los sindicatos y los empresarios, la interlocución del presidente del Gobierno con los responsables sindicales es prácticamente nula. Así lo reconocen fuentes de la dirección de las dos organizaciones principales que defienden a los trabajadores.

Sánchez sí acude a la foto de la firma de estos grandes acuerdos pero, en el día a día, no descuelga el teléfono para hablar con Pepe Álvarez o Unai Sordo para conocer su opinión de la situación que vive España. Una forma de actuar muy propia del actual jefe del Ejecutivo, que contrasta con la interlocución más directa que sí tenían con otros presidentes como Mariano Rajoy o José Luis Rodríguez Zapatero.

Estallido social

Los sindicatos son conscientes que la situación de ERTE en la que se encuentran todavía alrededor de 400.000 españoles, la subida injustificada de la luz, la falta de regulación del mercado de la vivienda o las nuevas restricciones que algunas comunidades están imponiendo para frenar la expansión del virus, obligando al cierre de sectores estratégicos en nuestro país como el hostelero, provocan un caldo de cultivo especial para un estallido social.

Es por eso que, tras meses tratando de lograr un acuerdo con el Gobierno, la negativa del PSOE a satisfacer sus peticiones les empuja a aprovechar la coyuntura para ir un paso más allá y salir a las calles. Unas movilizaciones que, de llevarse a cabo, coincidirían con la llegada de los fondos de recuperación europeos.