OPERACIÓN 'SILENCIA'

La subdirectora penitenciaria que Marlaska definió como “verdadera funcionaria” fabricó pruebas falsas

La Guardia Civil cree que la trabajadora respaldada por Interior aportó mensajes amenazantes falsos para demostrar que varios encapuchados la emboscaron

Las contradicciones en su relato, la oportuna desaparición de su teléfono móvil y su parte de lesiones han sido las claves para acusarla de simular un delito

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Marlaska prisiones
Los investigadores creen que la funcionaria respaldada por Marlaska se mandó a sí misma los mensajes amenazantes.
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

A principios del mes de septiembre de este año la subdirectora de Seguridad de la cárcel de Villena se sentaba ante dos agentes de la Guardia Civil para relatar haber sido víctima de una serie de acontecimientos realmente preocupantes. Para demostrarlo, la mujer puso a disposición de los agentes unos mensajes presuntamente recibidos en su teléfono móvil en los que se la amenazaba expresamente si declaraba contra los funcionarios de prisiones que un mes antes habían sido grabados en la cárcel de Villena reduciendo por la fuerza a un preso conflictivo que trataba de atacarlos. En ese momento se puso en marcha la Operación Silencia, que en menos de tres meses ha desmontado la versión de la presunta víctima, quien ahora mismo está acusada de simulación de delito. Los investigadores creen que la funcionaria respaldada por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, y cuya presunta agresión mereció una nota de prensa desde Interior, se lo inventó todo y que fabricó las pruebas con las que creyó poder hacer más creíble su historia.

El pasado 8 de septiembre, sin más pruebas que su palabra, con la que mancilló a varios compañeros de profesión, Marlaska no tuvo reparos en elogiar y reconocer a la que ahora es una presunta falsa denunciante. “Toda mi solidaridad y reconocimiento con ella. Ahí podemos ver lo que es una verdadera funcionaria”. Las palabras del ministro llevaban un recado implícito para quienes él no considera ‘verdaderos funcionarios’, vamos, todos aquellos que de un tiempo a esta parte se han rebelado al hecho consolidado de que no se pueda saber nada de lo que ocurre dentro de las prisiones españolas sin eso pone en duda su gestión.

De hecho, llama la atención que 24 horas después de que la subdirectora en cuestión haya sido detenida ni Interior ni Instituciones Penitenciarias se han producido sobre este hecho. Y no llama la atención porque no lo hayan hecho, sino porque en septiembre, el mismo mes de los piropos de Marlaska, bien que se despacharon en gestos y notas de apoyo a la trabajadora. Primero en persona, porque nada más conocerse la presunta agresión, Ángel Luis Ortiz, el secretario general de las cárceles españolas, se plantó en las puertas de la prisión alicantina para encabezar un posado condenatorio para dar todo el apoyo posible a la funcionaria agredida. Por si el gesto no fuera suficiente, aquellos gestos de ministro y secretario se potenciaron con la divulgación de una nota informativa en la que Instituciones Penitenciarias mostraba su “rechazo e indignación por el brutal ataque que sufrió” la trabajadora.

Asociación señalada

En la nota, ausente de cualquier presunción o precaución, se mencionaba que Ortiz ya había llamado a la trabajadora y de paso se recordaba que su testimonio era clave para aclarar la actuación de sus compañeros en agosto con el preso conflictivo. Interior también publicitó que la mujer había sido acosada a través de mensajes en su móvil y aquel día TVE emitió en sus informativos una recreación de las amenazas colocando como autores de los mensajes a personas vinculadas a la asociación de trabajadores penitenciarios Tu Abandono Me Puede Matar. Ese es el verdadero problema: la permanente incomodidad que TAMPM viene suponiendo de un tiempo a esta parte para Interior en su vertiente penitenciaria.

Los investigadores de la Guardia Civil han podido demostrar que los mensajes amenazantes que aportó la presunta víctima los fabricó ella. Ya sospecharon que algo no cuadraba al no haber podido aportar el teléfono con los que los escribió, sin embargo, en los pantallazos que sí les dio, había datos suficientes para la Guardia Civil: con la fecha y la hora de los mensajes los agentes pudieron rastrear los datos de los mensajes, y, sorprendentemente, estos fueron escritos bajo la misma cobertura telefónica que tenía la funcionaria. La conclusión a la que han llegado los investigadores es que ella misma redactó esos mensajes.

Fuentes de Interior ya apuntan a un inminente cese de la trabajadora, pero veremos si con eso es suficiente porque la investigación quiere más. La mujer se ha negado a declarar ante los investigadores, pero ya ha anunciado que cuando sea cesada podrá hablar con libertad de lo que ha sucedido realmente. La gran pregunta es si esta aventura de presuntas falsedades la ideo sola y por qué, y si alguien más tiene que ver con esto habrá que saber quién y cuánto de cerca está de las personas que apoyaron sin fisuras a esta “verdadera funcionaria”, según Marlaska.

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