GOBIERNO DE ESPAÑA

Sánchez sólo ha permitido al Rey representar a España en una cumbre internacional en cuatro años

Rey Sánchez
Joan Guirado

Desde que Pedro Sánchez llegó a la Presidencia, en mayo de 2018, el Rey Felipe VI sólo ha representado a España en una cumbre internacional. Fue el 20 de septiembre de 2021, por videoconferencia, coincidiendo con el 75 aniversario de la fundación de la ONU. Excepto a esa cita, que no implicaba desplazamiento fuera de España, Sánchez no ha permitido al Jefe del Estado participar en reuniones de alto nivel internacionales para quedarse él con todo el protagonismo. Sus antecesores, desde Felipe González a Mariano Rajoy, delegaban a menudo la representación ante la ONU, el Foro Económico de Davos o el G20 en Juan Carlos I o posteriormente en Felipe VI.

El afán de protagonismo del actual presidente del Gobierno, que este año ha batido su récord de viajes internacionales a bordo del Falcon, ha dejado completamente fuera de juego al Rey. El caso más clamoroso fue la ausencia del monarca en el Foro Económico de Davos del año 2020. Sánchez, que participaba por segunda ocasión, impidió a Felipe VI acudir a la principal cita anual del mundo financiero. La española fue la única casa real europea que no estuvo presente en la reunión celebrada en Suiza. El Rey sí viajó, pero únicamente para acudir al Foro de Líderes Internacionales para recordar el Holocausto.

Un año antes, durante la cumbre del clima COP25 que se celebró en Madrid bajo la presidencia chilena, Moncloa tampoco permitió al jefe del Estado participar en la sesión inaugural. Pedro Sánchez se arrogó el papel de máximo representante español durante prácticamente todos los días que duró la cita. El Rey únicamente recibió a todos los jefes de Estado y de Gobierno en el Palacio Real el día de llegada de las autoridades, como es habitual, y ya no volvió a tener contacto con ellos hasta el último día cuando sí acudió a IFEMA. El presidente fue el que habló en la primera jornada.

Un papel muy distinto al que jugó el Rey este año, durante la cumbre de la OTAN, en la que ejerció como anfitrión. En esta ocasión el jefe del Estado y el jefe del Ejecutivo compartieron el protagonismo en una cita que reunió en la capital española a los principales líderes mundiales. Ahí Moncloa tuvo poco margen para impedirle tener el protagonismo. Aunque Sánchez, el día después de la cena oficial que ofreció el monarca en el Palacio Real, invitó a los líderes a otra cena en el Museo del Prado.

En el resto de reuniones de la ONU, el G20 y el Foro Económico de Davos -a razón de una por año de cada cita-, desde mayo de 2018 hasta día de hoy, ni rastro del Rey por decisión personal de la Moncloa de Pedro Sánchez. Todo con la voluntad de rebajar el papel representativo del monarca en pleno debate, por parte de los socios del PSOE, sobre la continuidad o no de la monarquía. Estos impedimentos coinciden, además, con varios desaires de Pedro Sánchez al Rey y una reducción notable de los despachos que celebran ambos. Según fuentes cercanas a ambos, la relación entre ellos no pasa por su mejor momento.

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