España
Caso ERE

Así defendía Sánchez a Chaves y Griñán: «Son personas honestas, yo confío en su inocencia»

El Supremo confirma la condena de Chaves y la prisión para Griñán por la malversación de 680 millones

Griñán maniobra para retrasar su entrada en prisión: pedirá el indulto y recurrirá al Constitucional

«Chaves y Griñán son personas honestas. Yo confío en su inocencia». Así se pronunciaba el ahora presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en 2016 durante una entrevista en televisión.

Estas palabras persiguen al líder socialista el mismo día que se ha conocido que el Tribunal Supremo ha ratificado las condenas por el mayor caso de corrupción de España a los dos ex presidentes de la Junta de Andalucía.

El Alto Tribunal los ha condenado por el desvío de 680 millones de euros destinados a los parados. Griñán fue condenado a 6 años de cárcel y 15 de inhabilitación para el ejercicio de cargo público por malversación y prevaricación continuada y Chaves, a 9 años de inhabilitación por prevaricación.

Según la sentencia, los gobiernos de Chaves y Griñán, que ejercieron el poder en Andalucía durante 23 años de forma ininterrumpida, pusieron en marcha una fórmula ágil para acallar el descontento social y pagar las prejubilaciones de 6.000 empleados víctimas de la crisis industrial que azotó Andalucía a finales de los años noventa. El sistema pretendía eludir los férreos controles de la Intervención General, que anteriormente había puesto reparos al modo de reparto del dinero.

A la luz de los hechos probados todo este sistema era prevaricador, porque eran continuas las resoluciones prevaricadoras», aseveró el fiscal que, en su intervención, explicó que los socialistas andaluces modificaron el procedimiento de concesión de las ayudas «para evitar cualquier tipo de control».

A este respecto, la Fiscalía del Tribunal Supremo advirtió que «todo el proceder aparece concatenado», de modo que la participación de los acusados en el saqueo de las arcas públicas fue necesaria «para que el dinero llegara a su destinatario». Sólo de este modo, explicó, «es posible dar vida a este sistema desde su inicio hasta el final».

Así, Sánchez puso la mano en el fuego por sus dos compañeros de partido y la hemeroteca ha terminado por quemársela.