España

Sánchez mantiene cerrada una gran planta gasista para barcos en pleno corte del gasoducto del Magreb

El Gobierno vuelve a reaccionar tarde en la crisis de la energía. España necesita estar preparada para poder importar gas de urgencia y tratarlo en plantas de forma acelerada debido al corte de uno de los principales gasoductos de los que se surtía España -el argelino que pasa por Marruecos: el Magreb-Europa o GME-. Pues bien, en esta situación y las alertas de las empresas y de Enagás trasladadas desde hace más de un mes, el Gobierno acaba de comprometerse a agilizar los trámites para reabrir la planta gasista de El Musel (Gijón).

Las empresas descuentan que el periodo de readaptación hará muy difícil que esta planta esté operativa a tiempo para paliar los principales problemas energéticos de España. Y eso que esas mismas empresas, a la vista de la que se avecinaba empezaron a presionar para su reapertura hace ya un año.

La secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, acaba de anunciar el compromiso de ponerse manos a la obra en la labor de la reapertura de la planta gasista. Según el ministerio de Teresa Ribera, la urgencia no es tal porque, aseguran, las renovables harán que España tenga precios de la luz más competitivos que Francia y Alemania.

Pero lo cierto es que el sector reclamaba la reapertura y el compromiso de ponerla en marcha «lo antes posible». Esta petición llega con España sumergida ya en la crisis energética y sin una garantía real de suministro pleno de gas en pleno invierno.

Fue la propia Enagas la que descartó este pasado mes de mayo que la planta gasista regasificadora de El Musel, pendiente de autorización y de uso concreto ya en aquel momento, pudiera estar operativa este año. El consejero delegado de Enagás, Marcelino Oreja, señaló de visita en Gijón que esta planta se usaría para almacenamiento, pero sin poder llegar a definir sus usos hasta contar con la autorización para su puesta en marcha, algo que, señaló, sería prácticamente imposible para este año. «Ese año está vencido ya», sentenció.

Planta en hibernación

Y desde entonces y hasta ahora ha pasado medio año. Y la planta gasista de El Musel sigue esperando el paso de la burocracia.

Se trata de una infraestructura que se encuentra en estado de hibernación, según lo dispuesto en el Real Decreto Ley 13/2012. A partir de la entrada en vigor del Real Decreto 335/2018, quedó restablecida la tramitación de las instalaciones afectadas por el apartado 2 de la disposición transitoria tercera del mencionado Real Decreto-ley 13/2012. En mayo de 2021, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Democrático autorizó el procedimiento de tramitación administrativa con la aprobación de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA). Pero nada más.

La planta de regasificación está situada en los terrenos de la ampliación del Puerto de El Musel, entre el Dique Torres y el Muelle Norte, y ocupa una gran superficie de 18 hectáreas. Dispone de una capacidad de almacenamiento de 300.000 m3 de GNL, repartidos en dos tanques de 150.000 m3 cada uno y de una capacidad de emisión de 800.000 m3(n)/h. También cuenta con unas instalaciones de atraque y descarga diseñadas para los buques metaneros de hasta 266.000 m3. Justo lo que sea necesita en un momento en el que se acaba de cortar el gasoducto Magreb-Europa.

Puesta en marcha, su objetivo debería ser el de dirigir el gas hasta la red básica de gasoductos a través del gasoducto entre El Musel y Llanera, donde conecta con otros tres gasoductos existentes procedentes de Galicia, León y Cantabria.

De acuerdo con el proyecto inicial, la planta está preparada para acoger una eventual ampliación con otros dos tanques de almacenamiento de igual capacidad que los primeros y el aumento de la capacidad de emisión hasta 1.200.000 m3(n)/h. Ahora, el Gobierno comienza a reaccionar. Habla de su puesta en marcha de forma irrevocable en cuestión de meses. Pero es muy probable que se haya perdido un tiempo precioso para tener toda su capacidad operativa al 100% en plena crisis energética.