El Rey, a los independentistas: «Vulnerar las normas solo lleva a tensiones estériles y al empobrecimiento de la sociedad”

Convivencia. Es la palabra clave en la que el Rey ha vertebrado su mensaje de Navidad. Una convivencia que, en palabras del monarca, ha de pasar por el respeto a todas las ideas pero con los límites que marca el respeto a la Constitución. 

Don Felipe ha dedicado el grueso de su discurso, el tercero como jefe del Estado, a advertir sobre la ruptura de las normas democráticas que plantean los independentistas. Siempre con referencias veladas-en ningún caso se ha referido al problema catalán- el monarca ha avisado de que no son admisibles «ni actitudes ni comportamientos que ignoren o desprecien los derechos que tienen y que comparten todos los españoles para la organización de la vida en común”. 

Una alusión que va directamente dirigida a las autoridades catalanas, que planean un referéndum independentista para 2017. Y para ellas, el monarca ha tenido una advertencia clara: “vulnerar las normas que garantizan nuestra democracia y libertad solo lleva, primero, a tensiones y enfrentamientos estériles que no resuelven nada y, luego, al empobrecimiento moral y material de la sociedad”, ha censurado. 

La crisis territorial en Cataluña es uno de los ejes que vertebran la mayoría de discursos institucionales de don Felipe, desde su coronación. Ya entonces, el Rey se refirió al valor de la convivencia democrática en el marco del “sentirse español”.  En esta ocasión, el monarca ha defendido la convivencia entre españoles «basada en el respeto a la Ley, en una voluntad decidida y leal de construir y no de destruir, de engrandecer y no de empequeñecer, de fortalecer y no de debilitar”. 

A lo largo del mensaje, de 12 minutos de duración,  Felipe VI ha ido advirtiendo de las consecuencias de quebrar esa convivencia, clave para el «progreso, modernización y bienestar” de la sociedad.

“Es el momento de pensar en la España que queremos para las próximas décadas, que será la de nuestros jóvenes de hoy, y de forjarla con solidez”,  ha advertido el Rey quien ha considerado que, para ello, es necesario «concentrar nuestras energías en mirar hacia el mundo que nos rodea, y darnos cuenta cabalmente de por dónde va”. 

Construir desde la diversidad

Un mundo “muy incierto”, ha dicho don Felipe, que plantea grandes desafíos que solo se podrán superar desde la unidad de todos los españoles. Así, y tras destacar cómo las nuevas tecnologías han cambiado radicalmente la sociedad actual, el monarca ha considerado que uno de los principales retos será adaptarnos «pero preservando siempre los valores humanos que nos identifican y nos definen”. 

“Ya no vivimos tiempos para encerrarnos en nosotros mismos, sino para abrirnos al mundo; si tenemos claro que no lo son tampoco para fracturas, para divisiones internas, sino para poner el acento en aquello que nos une, construyendo sobre nuestra diversidad; son tiempos para profundizar en una España de brazos abiertos y manos tendidas, donde nadie agite viejos rencores o abra heridas cerradas”, ha dicho.  No obstante, Don Felipe se ha mostrado al mismo tiempo optimista y convencido de que el país podrá superar los nuevos retos.

“Creo sinceramente en una España consciente, solidaria, firme en sus valores, alejada del pesimismo, de la desilusión o el desencanto; creo en una España decidida a superar las dificultades que, aunque grandes, son también vencibles”, ha concluido.

Llama al consenso político

Al margen del reto independentista en Cataluña, Felipe VI ha hecho también referencia, aunque más breve, a otras cuestiones. Así, ha llamado al entendimiento entre los partidos para lograr grandes acuerdos.  “Es esencial, de cara al futuro, que el diálogo y el entendimiento entre los grupos políticos permita preservar e impulsar los consensos básicos para el mejor funcionamiento de nuestra sociedad”, ha advertido.  Sus palabras cobran un especial significado ante los retos de consenso que reclaman los nuevos tiempos políticos. 

Sobre la situación económica, Don Felipe ha destacado que, tras una crisis que ha “impuesto grandes sacrificios”, se vislumbra el optimismo de la recuperación. No obstante, ha recordado que el gran reto sigue siendo “crear mucho más empleo de calidad”, así como “corregir las desigualdades y fortalecer nuestra cohesión social”. 

En este sentido, el Rey ha considerado “muy importante para todos” que las familias puedan recuperar su nivel de vida y que los jóvenes «puedan tener oportunidades de futuro” y ha instado a que “las personas más vulnerables tengan la certeza de que no se quedarán en la soledad del camino” que el país tendrá que recorrer en los próximos años.