El regreso de la embajadora de Marruecos a Madrid «es cuestión de días»
El deseo de Mohamed VI de iniciar «una nueva etapa inédita» entre Marruecos y España tiene ya su primera consecuencia positiva: el regreso de la embajadora de Marruecos, Karima Benyaich, a legación de Madrid es inminente, «cuestión de días». Así lo asegura un medio marroquí afín a los servicios secretos del país alauita, que cita a «fuentes muy fiables». Estas señalan que el primer cometido de Karima Benyaich será la organización de la Reunión de Alto Nivel (RAN) entre los dos países.
La embajadora de Marruecos en Madrid fue llamada a consultas el pasado 18 de mayo en plena crisis diplomática con España tras la llegada de una avalancha más de 10.000 inmigrantes a Ceuta desde el país marroquí.
El citado medio marroquí, Rue20, que cita a «fuentes muy fiables», indica que la vuelta de Benyaich se producirá «en unos días». Las fuentes consultadas por el citado medio afín a los servicios secretos marroquíes señalan que el primer cometido de la embajadora de Marruecos será la organización de la Reunión de Alto Nivel (RAN) entre los dos países, prevista para diciembre pasado, pero que quedó aplazada por la pandemia inicialmente hacia febrero o marzo y sigue sin haberse celebrado.
Las palabras de Mohamed VI, que habló de «crisis inédita» en la relación, han sido vistas como un gesto de distensión en el Gobierno. El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dio la bienvenida al discurso del rey de Marruecos el sábado, subrayando que «sobre la confianza, el respeto y la colaboración presente y futura podemos construir una relación sobre bases mucho más sólidas que las que hemos tenido hasta ahora».
La crisis vino motivada inicialmente por la acogida el pasado abril en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, por motivos humanitarios para ser tratado por COVID-19. Marruecos criticó que no se le avisara de antemano, como corresponde entre países amigos y, tras una escalada de reproches facilitó el 17 de mayo la entrada masiva de inmigrantes en Ceuta.
Como consecuencia de ello, la entonces ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, convocó en el Ministerio a la embajadora para pedir explicaciones al día siguiente, tras lo cual esta fue llamada a consultas.
El Sáhara, como trasfondo
A partir de ese momento siguieron los reproches, mientras desde Exteriores se optaba por la máxima discreción en cuanto a las gestiones para resolver la crisis. A finales de mayo, antes de que Ghali abandonara España con destino Argelia después de que la Audiencia Nacional descartar su detención, Rabat terminó por reconocer que el motivo subyacente era el rechazo del Gobierno a reconocer el Sáhara Occidental como marroquí, como hizo Estados Unidos aún con Donald Trump al frente el pasado diciembre.
La salida del Gobierno el 10 de julio de González Laya, a la que Marruecos responsabilizaba en gran medida de la crisis diplomática, habría allanado el camino hacia la incipiente distensión. Aunque su sucesor, José Manuel Albares, también ha apelado en las últimas semanas a la necesidad de discreción, desde el otro lado del Estrecho se han producido algunos gestos que invitan a la esperanza.
Además de las palabras de Mohamed VI, que dijo que quiere una relación con España «sobre la base de la confianza, la transparencia, el respeto mutuo y la honra de los compromisos» igual que la que hay con Francia, desde el reino alauí han llegado otros gestos.
Otros gestos de Marruecos
Así, las fuerzas de seguridad marroquíes han frenado en las últimas semanas, en colaboración con las españolas, varios saltos a la valla en Melilla. A esto se suma el que se haya devuelto por primera vez a menores no acompañados desde Ceuta al país vecino en virtud de un acuerdo alcanzado entre los dos países en 2007.
Quizá para reconocer estos gestos, así como las palabras del rey marroquí, Felipe VI y la Reina Letizia enviaron al monarca un telegrama de felicitación con motivo de su 58 aniversario, según informó durante el fin de semana la agencia oficial MAP.
La vuelta de Benyaich, hermana del anterior embajador y una persona muy cercana a Mohamed VI, también allanaría el camino a un futuro viaje de Albares a Rabat. El ministro dijo el viernes que el regreso de la embajadora no dependía de él y que viajará al país vecino «cuando se den todas las condiciones».
En este sentido, aseguro que Marruecos es una «prioridad» para cualquier ministro de Exteriores y que lo importante no es el primer viaje, sino que a ese sigan otros. «Marruecos es un gran país y un gran amigo», recalcó.
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