Rajoy y Rivera no se hablan en semanas clave para la investidura

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Mariano Rajoy y Albert Rivera.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

De tibias a frías. Y de frías a congeladas. La relación entre Mariano Rajoy y Albert Rivera ha pasado por distintas temperaturas, hasta los actuales grados bajo cero.

Desde que, tras la segunda votación de la investidura fallida de Rajoy, el líder de centro dio por roto el acuerdo con el Partido Popular, los contactos entre ambos permanecen en un impasse inédito para la actual situación de bloqueo. En la actualidad, los contactos se reducen, a título personal, a los grupos parlamentarios, los pasillos del Congreso y a los intercambios entre equipos económicos: Rivera pidió en su día al PP que le mantuviesen al tanto del marco para el diseño de los Presupuestos y el techo de gasto.

Pese a que no exista un canal de comunicación fluido, en el PP dan plena vigencia al acuerdo de 150 medidas firmado en su día con Ciudadanos y que les obligó a aceptar, como precondición, seis exigencias, entre ellas una comisión de investigación parlamentaria sobre la presunta financiación ilegal del partido.

Ello, a pesar de que desde la formación naranja se ha advertido de que únicamente consentirán reeditarlo si el candidato del PP, sea o no Rajoy, reúne los apoyos necesarios para una investidura exitosa. Esto es, al fin y al cabo, que el PSOE consienta finalmente en apoyar con su abstención la presidencia del líder del PP.

Los populares no ocultaron el malestar que les produjo que, en aquella votación de investidura, en septiembre, Rivera endureciese el tono para retarles a presentar a un candidato ‘viable’. Una advertencia que se interpretó como una censura al propio Rajoy, luego desmentida por los de Rivera.

Desde entonces, los contactos entre ambos líderes han sido inexistentes, incluso en las últimas semanas, determinantes para el desbloqueo de Gobierno.

Volcados con Fernández

En este tiempo, el presidente en funciones se ha centrado en los nuevos tiempos del PSOE. Al contrario que con Rivera, su todavía presumible ‘socio de investidura’, el líder del PP mantiene una relación fluida con Javier Fernández, según confirman medios internos de Génova. Los contactos entre ambos son habituales-más allá de las dos llamadas admitidas oficialmente- y avanzan en la sintonía entre dos líderes que se conocen desde hace tiempo y que congenian especialmente bien.

Por su parte, Albert Rivera ha tratado también de preservar su papel ‘conciliador’ ofreciéndose a Fernández como intermediador de cara a una negociación con el PP. Desde Ciudadanos se ha insistido en que es al PP a quien corresponde la iniciativa en las conversaciones, y  los socialistas quienes, por responsabilidad, deberían abstenerse para desatacar la legislatura.

Rivera se apoya en que los tres partidos tienen una base de programa común que debería prevalecer ante el bloqueo de gobierno. De las medidas suscritas en el pacto con Rajoy, insisten, hasta un centenar fueron incorporadas al acuerdo firmado en su día con Pedro Sánchez para su investidura fallida. El partido centrista se ha ofrecido incluso a renegociar ese pacto de investidura para atraerse al PSOE y evitar unas terceras elecciones, en caso de que el PSOE exigiera revisar algunas de ellas.

Si PP y PSOE llegan a un acuerdo, los diputados de Ciudadanos no resultarían necesarios. No obstante, desde la formación naranja consideran que los populares tienen voluntad de mantener la vigencia de ese acuerdo y llevar a cabo las medidas comprometidas.

Ciudadanos quiere controlar a Rajoy

El propio Rivera expresó este lunes, tras la reunión de su Ejecutiva, su confianza en que Mariano Rajoy respete los compromisos acordados y si es investido presidente del Gobierno no ponga “en jaque” la estabilidad que reclama.

Según el líder de centro, lo importante ahora es que haya legislatura y Gobierno para poder legislar, controlar al Ejecutivo y hacer oposición para que esa legislatura “sea fructífera” y no dure “un cuarto de hora”.

Rivera se mostró dispuesto a acudir a la llamada de Rajoy en caso de que el líder del PP convocara una ronda de contactos antes de someterse a la investidura, pero subrayó que la posición de Ciudadanos sigue siendo la misma: le respaldarán si reúne los votos necesarios, más a favor que en contra, y respeta las reformas pactadas en agosto.

Esas reformas, incluidas las contenidas en el “corsé anticorrupción” que Rivera puso como condición previa para comenzar a negociar, serán exigidas por Ciudadanos “desde el minuto uno” tras ponerse en marcha la legislatura, y con esa premisa pidió al PSOE que desbloquee ese proceso y después se centre en hacer oposición. Rivera ha recordado que esas medidas medidas fueron exigidas precisamente porque Ciudadanos “no se fía” del PP de Rajoy por el “lastre” de la corrupción.

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