España
MARRUECOS

Rabat cuela a Sánchez un ‘lobbista’ en el comité científico de la ONU que decidirá las aguas de Canarias

Marruecos y España están negociando el futuro límite de las aguas de las Islas Canarias. Rabat exige que su renovado control del Sáhara, apoyado por el Gobierno español tras el giro histórico de Pedro Sánchez, suponga también la extensión de sus aguas de soberanía. Una ambición que, de cumplirse, solaparía las nuevas aguas marroquíes a las aguas canarias, y tras la que esconde una pugna estratégica por hacerse con los ricos yacimientos de telurio y cobalto que hay en esa zona submarina. Si no hay acuerdo, el asunto se dirimirá en la ONU, en base a lo que recomiende un comité científico cuya composición acaba de ser renovada. Marruecos ha obtenido un puesto, en el que ha colocado al jurista y lobbista pro-Sáhara marroquí Miloud Loukili, pese a que no tiene formación o experiencia científica alguna. España respaldó su elección pese a que en Exteriores se conocía su perfil.

Mohamed VI le ha vuelto a colar un gol a Pedro Sánchez. Esta vez, en la ONU. El pasado mes de junio, una delegación española participó en Nueva York en la 32 Reunión de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. La agencia de las Naciones Unidas encargada de dirimir litigios sobre aguas territoriales. El punto principal de la agenda era la elección de los miembros que componen la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLCS, según sus siglas en inglés), un comité formado por 21 científicos que, en caso de duda, emite informes en base a criterios geológicos sobre a quién le pertenece el suelo marino. Y, por tanto, las aguas.

Entre los miembros elegidos para esa renovación de la CLCS se encuentra Miloud Loukili, un jurista marroquí especializado en el mar. Tiene asegurado el puesto hasta 2028. Su perfil, sin embargo, no encaja en el que se exige para formar parte en esa comisión de aguas limítrofes. El resto de miembros tienen perfiles eminentemente científicos. Por ejemplo, Ghana sienta a un experto en geología y micropaleontología, Kenia y Angola a geofísicos y Madagascar a un matemático experto en geofísica. El resto de miembros, igual.

El marroquí Miloud Loukili.

Voto español

Sin embargo, el currículum del candidato marroquí, que ha podido consultar OKDIARIO y adjunta bajo estas líneas, no da muestras de ninguna experiencia de corte científico, sino que es puramente legal. Experto en derecho del mar, en diplomacia o en «geopolítica y geoestrategia marítima», Loukili ha sido además asesor del Ministerio de Pesca marroquí y director de la Marina Mercante marroquí.

Currículum del marroquí Miloud Loukili.

Fuentes diplomáticas consultadas por este periódico no dudan en señalar a Loukili como un «lobbista» que encarna a la perfección la figura de un conseguidor. Un hombre de Mohamed VI, de fuertes convicciones nacionalistas y firme defensor de la marroquinidad del Sáhara, dentro de un comité científico.

Su perfil, sin embargo, no supuso un problema para su elección. Obtuvo 117 votos, el más votado de todo el área africana. Entre ellos, el de la delegación española, representada por cuatro diplomáticos y encabezada por el embajador Agustín Santos Maraver. A nadie le sorprendió la elección, ya que Rabat llevaba meses haciendo una intensa labor diplomática en la ONU para recabar apoyos para su candidato, que ahora tiene un sillón en un organismo que será clave para el futuro de esas aguas canarias. En Exteriores, sin embargo, conocían el perfil de Loukili, pero el Gobierno de Sánchez no hizo nada por evitar su entrada al comité científico.

Independencia

El nombramiento de un marroquí en esta comisión despertó recelos en el Congreso de los Diputados. El PP presentó incluso una pregunta por escrito al Gobierno para que explicase qué tipo de efectos podría tener esto en una hipotética disputa, pero el Ejecutivo reaccionó restándole importancia. Según Moncloa, el miembro marroquí del CLCS deberá inhibirse en caso de que el comité analice asuntos relacionados con Marruecos.

Sin embargo, explican fuentes diplomáticas a OKDIARIO, eso no es así. El reglamento interno de la Comisión, en su artículo 11 habla del «deber de actuar independientemente», pero no introduce ninguna obligación a inhibirse. «Los miembros de la Comisión no pedirán ni recibirán instrucciones de ningún gobierno ni de ninguna otra autoridad externa a la Comisión. Se abstendrán de realizar actos que se puedan considerar indignos de su condición de miembros de la Comisión». De hecho, en su declaración solemne en la toma de posesión, los candidatos de este comité se comprometen a desempeñar su cargo «de manera imparcial».

Pero otro de los asuntos delicados que rodea a esta comisión es que, en caso de que un estado presente una reclamación y adjunte documentación confidencial -por ejemplo, informes sobre la presencia de hidrocarburos o yacimientos minerales-, los miembros de la comisión podrán analizarlos. Eso sí, las reglas les exigen que no revelen «ni siquiera después de que dejen de serlo, información confidencial alguna de la que hayan tenido conocimiento en el desempeño de sus funciones en la Comisión».

Aguas canarias

La de las aguas territoriales de Canarias es una de las negociaciones más delicadas y estratégicas que tiene en estos momentos en marcha la diplomacia española. Y la posición de fuerza de España ha quedado debilitada tras la cesión histórica sobre el Sáhara, que culmina las aspiraciones marroquíes sobre ese territorio y le permite ampliar su demanda a las aguas territoriales de esa costa.

Canarias controla un rango de 200 millas náuticas (unos 370 kilómetros) de aguas circundantes. La parte externa de ellas es lo que se llama Zona Económica Exclusiva (ZEE). España solicitó en 2015 a la ONU la ampliación de esas 200 millas hasta las 350, alegando que la morfología del fondo marítimo indicaba que eran una prolongación de la plataforma canaria. Pero Marruecos, de apuntalar su dominio sobre el Sáhara, también podrá reclamar parte de la zona que España reclama.

Zona submarina de Canarias.

No es, ni mucho menos, una cuestión menor. En la zona en disputa se encuentra el monte submarino Tropic, una gran mole geológica situada a 4.000 metros de profundidad que está considerada como una de las mayores reservas de telurio. Uno de esos conocidos como materiales raros que puede utilizarse como semiconductor -los mismos que faltan ahora en la industria-. Según la revista Science, se calcula que en el Tropic hay suficiente telurio como para producir 277 millones de coches eléctricos. Y millones de paneles solares. Un filón para el futuro.

Marruecos, de forma unilateral, ha ampliado sus lindes marítimos para alcanzar la zona del Tropic, frente a las costas saharauis. La declaración de soberanía sobre el Sáhara por parte de Rabat, que apoyó explícitamente Pedro Sánchez, otorga una ventaja estrategia a Marruecos en este asunto.

Defensa

Incluso el Ministerio de Defensa advirtió en un informe del Instituto Español de Estudios Estrategicos (IEEE) de la importancia de garantizar la soberanía española de esa zona submarina. En vista, principalmente, a la presencia de esos materiales raros que pueden ser usados “como herramienta geopolítica con graves implicaciones desde el punto de vista de la seguridad internacional».

El informe iba más allá del telurio y describía que en esta zona destaca «en extensión y tonelaje las costras de ferromanganeso ricas en cobalto, que cubren prácticamente todas las elevaciones submarinas de la zona. Estos depósitos son ricos en hierro, manganeso y elementos trazas como cobalto, níquel, vanadio, tierras raras y elementos del grupo del platino”. Un auténtico tesoro enterrado frente a Canarias que Marruecos quiere hacer suyo.