España

Primera alerta de la UE a Sánchez: le pide rebajar el déficit porque el BCE recortará la compra de bonos

Pedro Sánchez teme el frenazo del rescate europeo. Su Gobierno depende de los 140.000 millones de euros para llegar hasta el cierre de la legislatura sin tener que anunciar un amplio paquete de recortes sociales. Y el primer toque ya ha llegado desde Europa. España bate todos los récords imaginables de déficit y depende de la compra de bonos del BCE para financiar el gasto.

A partir de marzo del próximo año, el Banco Central Europeo que dirige Christine Lagarde reducirá de forma sensible su programa de ayuda excepcional empleado en la era Covid. Y Bruselas ha alertado ya a España de que no puede seguir por esa senda de descontrol presupuestario. El primer toque verbal ya ha llegado. No se trata de un memorándum oficial. Pero sí de una alerta muy directa. Por eso, el PSOE no quiere enseñar la correspondencia mantenida con Bruselas que le reclama Pablo Casado en el Congreso de los Diputados.

El Banco Central Europeo, de hecho, prepara un cambio en su política de compra de bonos. El nuevo plan debe sustituir a la actual herramienta y complementar el antiguo programa de expansión cuantitativa. Pero lo cierto es que el plan pasa por reducir la compra de deuda soberana de los estados miembros necesitados de forma drástica. Y es que la inflación se ha convertido en un problema serio. Y, además, los países van saliendo de las dificultades y la compra masiva de la que se ha beneficiado España hasta ahora sólo puede recalentar la economía.

Así, el BCE estudia reformar el programa antipandemia, reduciendo los 80.000 millones de euros de compras mensuales en la UE -llegaron a ser 100.000 en los momentos más graves- para minorarlo progresivamente hasta marzo del próximo año.

Y eso supondrá una rebaja más que sensible de la ayuda a España.
Y la UE se lo ha avisado ya al Gobierno de Pedro Sánchez. Porque sin esa ayuda no cabe un volumen de gasto como el que presupuesta España.
Pedro Sánchez, para colmo, viene de haber aceptado “la derogación de la reforma laboral de 2012 en los términos que establece el acuerdo de coalición y el Plan de Recuperación enviado a la Comisión Europea (CE)”.

El acuerdo de coalición, de hecho, establece la devolución de todo el poder a los sindicatos, lo que, de facto, elimina toda la flexibilidad laboral de las empresas. Pero el problema de Pedro Sánchez puede acabar de agravarse en estos momentos. Las conversaciones mantenidas en el seno de la UE han dejado claro ya que Holanda, Austria, Suecia, Finlandia y Eslovenia miran de reojo la derogación de la reforma laboral en España por el daño empresarial que puede provocar, como ya ha publicado OKDIARIO.

Se trata de los mismos países que han puesto el grito en el cielo por el descontrol del déficit de Sánchez y el batacazo económico de la economía nacional en pleno rescate europeo. Y si alguno de ellos paraliza la concesión de dinero en el Consejo, España se puede quedar sin recibir el resto del rescate de los famosos 140.000 millones de euros. Algo que se sumaría al recorte de las compras de deuda del BCE.

Los países frugales

El bloque de los países frugales (Países Bajos, Austria, Suecia, Dinamarca y Finlandia) hace tiempo que ha mostrado su postura en Europa. Estados miembros como Holanda, Austria, Suecia, Finlandia o Eslovenia han advertido de que España no despierta credibilidad en materia económica en estos momentos y que el uso de los fondos del rescate europeo no está avalado por los resultados obtenidos.

Lo cierto es que la escasa ayuda de Sánchez a las empresas en la era Covid y el aumento descontrolado del gasto público ha llevado a España a un duro callejón en el que el déficit se ha desbocado hasta los 123.000 millones de euros en 2020 y superará los 100.000 millones con casi total seguridad en 2021. Todo ello, con unos datos de avance del PIB intertrimestrales en el presente ejercicio de -0,6%, 1,1% y 2% en cada uno de los trimestres finalizados. Y, encima, con una inflación del 5,5%.

Por si fuera poco, ese resultado se ha obtenido con un saldo en ayuda europea hasta el pasado verano de 350.000 millones en la era covid en concepto de financiación entregada a los bancos por el BCE y en compra de deuda soberana. Es más, la dependencia de la economía española de las ayudas europeas alcanza, sumando todos los conceptos, los 816.758 millones, un 73% de la riqueza generada por la economía nacional en 2020. Y eso, a ojos de los frugales, es excesivo. En medio de ello, llega el aviso de la derogación de la reforma laboral, una reforma que fue exigida por la UE como condición a cambio del rescate de España tras la crisis subprime.