España

Podemos se va a Bruselas a desautorizar al Supremo y a defender a Puigdemont

El Group of the European United Left/Nordic Green Left (GUE) del Europarlamento, en el que están incluidos Podemos, Izquierda Unida y Bildu, cuestionaron este lunes, de la mano de sus representantes en la Comisión de Asuntos Jurídicos, «que el Tribunal Supremo sea el órgano competente para dirigirse y solicitar que se le retire la inmunidad a los fugados del procés», el ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont, así como los ex consejeros Toni Comín y Clara Ponsatí.

El GUE, así como los ‘verdes’ alemanes, plantearon esta cuestión después de recibir un correo electrónico de Puigdemont en el que decía que el Supremo no podía dirigirse al Europarlamento, y que «sólo el Estado español puede hacerlo», según han explicado fuentes de toda solvencia a OKDIARIO.

Sin embargo, el Partido Popular Europeo y los socialistas conservadores y liberales votaron a favor de la competencia del Alto Tribunal. Al Europarlamento no sólo se ha dirigido el magistrado instructor del Supremo, Pablo Llarena, sino que el propio Gobierno ha enviado un suplicatorio, por lo que la jugada de Puigdemont, secundada por Podemos, IU y Bildu, queda en agua de borrajas.

En cuanto a los plazos, el presidente de la comisión, el europarlamentario de Ciudadanos, Adrián Vázquez, ha convocado a los tres fugados para el próximo 7 de diciembre. En un principio, Vázquez solicitará al presidente de la Eurocámara que los miembros de la Comisión de Asuntos Jurídicos (JURI) puedan asistir de forma presencial. Pero las fuentes consultadas aseguran que, si no es presencial, se hará semipresencial, como la primera sesión.

Presencialidad

El tema de la presencialidad no es baladí, pues algunos miembros de la JURI temen que el letrado de Carles Puigdemont, Gonzalo Boye, recurra la decisión de ésta en caso de que se vote la retirada de la inmunidad, que abriría la puerta a una extradición a España de los fugados.

En cuanto a este posible recurso, las fuentes consultadas explican que el presidente de la comisión optó por la semipresencialidad debido al precedente que se abrió con el examen de las incompatibilidades de los comisarios europeos, que se hizo por vía telemática el pasado mes de octubre.

Esa comisión también exigía que se hiciera de forma presencial y a puerta cerrada, pero la actual pandemia mundial de coronavirus, y el hecho de que había que nombrar sí o sí a los comisarios, llevó a modificar la norma. Así, Adrián Vázquez, utilizó ese precedente para aplicarlo con la inmunidad de Puigdemont, Ponsatí y Comín.

El proceso

El Parlamento Europeo ha comenzado a examinar el suplicatorio enviado por el magistrado instructor del 1-O Pablo Llarena. El escrito del juez llegó después de que el ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y los ex consejeros Clara Ponsatí y Toni Comín, tomaran posesión como eurodiputados y, por tanto, obtuviesen inmunidad parlamentaria. La Comisión de Asuntos Jurídicos de este Parlamento celebró este lunes la primera reunión, a puerta cerrada, de lo que podría suponer el principio del fin de la inmunidad que impide, entre otras cosas, la extradición a España de los tres políticos catalanes.

Pero más allá, este debate influirá totalmente de cara al recurso de la sentencia que los presos presentarán ante el Tribunal Europeo de Derecho Humanos (TEDH).

El motivo es que, entre los argumentos que esgrimirán para conservar su inmunidad los tres fugados del 1-O, se encuentra el del «juicio político» y la «persecución por sus ideas del Gobierno español». Así, si el Parlamento Europeo tumba sus pretensiones, de un mismo plumazo «tumbaría el argumento de cara al recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, ya que Europa se habría pronunciado sobre el fondo del mismo al negar esa pretendida persecución política», esgrimen a OKDIARIO fuentes jurídicas de toda solvencia.

Las mismas fuentes explican que lo que argumenten ante la JURI Puigdemont, Ponsatí y Comín tiene mucha más relevancia de lo que nadie puede prever, pues no sólo pone en jaque el recurso de sus compañeros presos de cara al TEDH, sino todo el discurso empleado hasta la fecha por el independentismo catalán, cuyo pilar fundamental es, precisamente, esa persecución por razones de ideología.