España
Investidura Pedro Sánchez

Sánchez completa la ‘vía Pedralbes’: aceptada la mesa y el referéndum ya sólo falta el relator

Pedro Sánchez acepta la celebración de una consulta para validar los acuerdos que se pacten en una mesa de diálogo. La hoja de ruta de Sánchez para Cataluña se completa con un "mediador" en las negociaciones

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Pedro Sánchez ha acelerado en los últimos días su plan para lograr el apoyo de ERC a la investidura. El acuerdo entre los socialistas y los republicanos, por el que la formación de Oriol Junqueras facilitaría con su abstención que Sánchez se mantenga en La Moncloa, incluye la validación de los acuerdos que se alcancen en la mesa de diálogo, mediante una consulta, como avanzó OKDIARIO. El pacto ha permitido desencallar la investidura que, finalmente, se celebrará los días 4, 5 y 7 de enero, según han confirmado este martes fuentes de la presidencia del Congreso.

De esta forma, el candidato socialista se encamina a completar la ‘vía Pedralbes’, el acuerdo que suscribió en diciembre del año pasado con el presidente de la Generalitat, Quim Torra. Para ello, sólo queda aceptar una figura polémica, la del ‘relator’, que los socialistas ya aceptaron al independentismo en la negociación frustrada de los Presupuestos, el año pasado.

La exigencia de ese mediador es una reclamación de Junts per Catalunya que, este martes, se ha desvinculado del acuerdo firmado por ERC y, por tanto, de la mesa de diálogo entre Gobiernos. El partido de Quim Torra alega que no se sienten «vinculados» por el pacto, cerrado sin su participación y la portavoz, Laura Borràs, confirmó que el gobierno separatista «no participará» en esa mesa. «Siempre hemos pedido respeto institucional», aseveró, en una clara bronca a ERC.

Desde Junts per Catalunya siempre se ha apretado a los republicanos para que en la negociación se exigiese a Pedro Sánchez un mediador internacional. También lo hacen los sectores más radicales del independentismo, agitados por los Comités de Defensa de la República (CDR). Un marco que, en previsión de un anticipo electoral en Cataluña ordenado por Carles Puigdemont, condiciona a ERC. El partido de Oriol Junqueras quiere evitar por todos los medios que la negociación sea percibida como una cesión a los intereses socialistas.

Una garantía para los separatistas

El documento que vertebra la hoja de ruta de Sánchez en Cataluña recoge que los acuerdos alcanzados en una mesa de diálogo serían supervisados por una persona consensuada -«de común acuerdo»- encargada de «facilitar la coordinación de los trabajos, de las convocatorias y fije el orden del día». Sus funciones van más allá, puesto que, se dice, «ayudará a crear las condiciones idóneas para el diálogo, dará fe de los acuerdos alcanzados y determinará el seguimiento de su aplicación». Es decir, una garantía para los separatistas de que el Gobierno cumple lo pactado. 

La figura del ‘relator’ fue objeto de críticas de la oposición ya hace meses. Pero el Ejecutivo socialista la justificó asegurando -en palabras de Carmen Calvo- que se trataría de «una persona para ayudar a organizar y a negociar. No tiene más trascendencia. Nada más».

La negociación con el separatismo desató la reacción de la oposición y desde el PP se llegó a anunciar una moción de censura si Pedro Sánchez no daba marcha atrás, por lo que se consideró una «alta traición a España». Las críticas desembocaron en la multitudinaria manifestación de Colón.

En las últimas semanas, Pedro Sánchez ha dado muestra de su cesión sin fin al independentismo: primero, asumiendo el concepto de «conflicto político» para referirse al órdago separatista. Después, hablando de «seguridad jurídica» como sustituto de Constitución. La ‘Declaración de Pedralbes’ recogía dos órganos paralelos de negociación, los dos ya aceptados: la mesa y una Comisión Bilateral Estado-Generalitat, que Sánchez ya reactivó como primer gesto al independentismo, tras reunirse con Torra en La Moncloa un mes después de ganar la moción de censura. Hasta entonces, esta Comisión, que equipara al Gobierno de la nación con la Generalitat secesionista, llevaba siete años sin reunirse.

Militantes de ERC, votando la ponencia política que incluye un referéndum

Excluye al Congreso y al Parlament

Ambos instrumentos políticos, diseñados ex profeso, excluyen a las Cortes y, por tanto, quedan totalmente al margen de la validación democrática, de las instituciones y del ordenamiento constitucional. Los instrumentos de «diálogo», pactó Sánchez, «amplían los espacios ya existentes en el Congreso y en el Parlament y se hace efectivo el objetivo de analizar las propuestas que se sometan a debate y aprobación».

Pedralbes recogía también que las propuestas alcanzadas «deberán articularse mediante las oportunas y posibles modificaciones legislativas», con el fin último de «vehicular una propuesta política que cuente con un amplio apoyo en la sociedad catalana». Dicho de otra forma, una propuesta sometida a referéndum únicamente en Cataluña.

Pedro Sánchez ha ido acompasando su interés por ser investido con las demandas del separatismo. Este martes, el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, explicó sobre ese referéndum que «se trata de abrir un proceso de diálogo que pueda concitar el mayor apoyo posible en Cataluña». «Necesitamos recomponer la convivencia en Cataluña, superar el conflicto y que la población pueda participar. Vamos a ver cómo se puede hacer eso, en qué momento y sobre qué acuerdos, pero que esos acuerdos vayan en la idea de superar los conflictos», justificó.

Aunque la investidura ya está convocada, ERC someterá el texto del acuerdo a su Consejo Nacional, que se celebrará este jueves. La negociación quedó cerrada por completo tras el ‘gesto’ de Sánchez a través de la Abogacía del Estado que, este lunes, avaló la salida de prisión de Oriol Junqueras para acreditarse como eurodiputado y, además, ejercer como tal.