España
ENTREVISTA A PACO VÁZQUEZ, EX EMBAJADOR SOCIALISTA ANTE LA SANTA SEDE

Paco Vázquez: «Sánchez no ha ido al funeral del Papa por sectarismo ideológico»

“Es un inmenso error, un desprecio a los católicos y un desaire más al Rey que refleja un desencuentro profundo con la Casa Real”

El ex embajador ante la Santa Sede cree que “Sánchez tiene un manifiesto enfrentamiento con los valores morales y éticos de la fe católica”

¿Francisco “progresista”?: “Es una lectura interesada. Ha seguido, tras Juan Pablo II y Benedicto XVI, la doctrina social de la Iglesia que tiene 200 años”

«Sánchez no ha ido al funeral del Papa por sectarismo ideológico». Así lo cree Paco Vázquez, ex embajador socialista ante la Santa Sede en tiempos de Zapatero. Paco Vázquez califica la ausencia de Sánchez como «un inmenso error, un desprecio a los católicos y un desaire más al Rey que refleja un desencuentro profundo con la Casa Real».

Paco Vázquez cree que Sánchez ha «sobreactuado demagógicamente» con Francisco «enalteciendo al Papa para aprovecharse de su figura mientras su política es contraria a los católicos». Para Paco Vázquez, el nombramiento de Isabel Celaá como embajadora ante el Vaticano, tras aprobar su ley educativa, «fue un capítulo más de la soberbia de Sánchez y de esa condición, cada vez más manifiesta, de autócrata».

Paco Vázquez rechaza, como católico y ex embajador, la etiqueta de «progresista» a Francisco: «Es una lectura interesada. Ha seguido la doctrina social de la Iglesia que tiene 200 años».

PREGUNTA.- ¿Qué le parece la ausencia de Sánchez en el funeral del Papa?

RESPUESTA.- Un inmenso error. Yo formé parte de la delegación que encabezó el Rey Juan Carlos y la Reina Sofía en el funeral de Juan Pablo II. Asistió el presidente Zapatero, el ministro de Exteriores Moratinos y el ex presidente Calvo-Sotelo. Y se invitó a Rajoy como líder de la oposición, a Maragall como decano de los presidentes autonómicos y a mí, que era alcalde de La Coruña y presidente de la Federación de Municipios, en representación de los ayuntamientos españoles. Fue una delegación al más alto nivel. El precedente agrava más la ausencia de Sánchez. Sánchez desprecia, además, la oportunidad de reunirse con la casi totalidad de dirigentes mundiales de 190 naciones: Trump, Macron… Además, refleja un desencuentro protocolario, que yo creo que es más profundo, con la Casa Real. La ausencia del presidente y del ministro de Exteriores es un hecho repetitivo en numerosos actos del Rey, incluidas la toma de posesión de presidentes hispanoamericanos. La ausencia de Sánchez es, también, un desaire a una gran mayoría de españoles en un país de tradición católica y con un porcentaje importante de católicos. Sánchez no asiste a ningún acto religioso.

P.- ¿Es por sectarismo?

R.- Hay un sectarismo ideológico evidente, con unas declaraciones demagógicas, enalteciendo al Papa para aprovecharse de su figura política, mientras la práctica política de su gobierno es contraria a la fe católica en cuestiones fundamentales de la enseñanza, libertad religiosa o derecho a la vida.

P.- ¿Ha sobreactuado Sánchez con Francisco?

R.- Sí. Como el ministro de Justicia, con unas declaraciones que se vuelven contra él porque cuando reconoce al Papa Francisco está reconociendo la labor de la Iglesia en España, que es Cáritas, Manos Unidas, la atención a los inmigrantes, el amparo de las capellanías penitenciarias. La Iglesia Católica desarrolla una labor social fundamental en España, ignorada por un Gobierno enfrentado a la Iglesia y a la Conferencia Episcopal.

P.- ¿Isabel Celaá era la más adecuada para la embajada ante la Santa Sede tras su ley educativa?

R.- Fue un capítulo más de la soberbia de Sánchez y de esa condición, cada vez más manifiesta, de autócrata. Como el gasto en defensa, que lo anuncia personalmente sin la consulta, debate y aprobación del Gobierno. Y señalando que no irá al parlamento. Sánchez tiene un manifiesto enfrentamiento con los valores morales y éticos, la historia y las tradiciones de la fe católica.

P.- ¿Y qué le pasa a Sánchez con el Rey?

R.- No sé, pero es algo manifiesto. Su ausencia en el Premio Cervantes es una descortesía al Rey y un desprecio al premiado en sus circunstancias, además, de salud. Sánchez tiene miedo al rechazo y al gran contraste que hay entre la adhesión de la gente al Rey y la Reina y la repulsa a él, como ocurrió en Paiporta.

Francisco

P.- ¿Qué le ha parecido el Papado de Francisco? Nos lo venden como «progresista» frente a Juan Pablo II y Benedicto XVI. 

R.- Es una lectura interesada que no comparto. No hay esa división. Lo digo como católico y como ex embajador ante la Santa Sede. Hay, quizá, más o menos atención a aspectos de espiritualidad en la vida de fe, pero el Papa Francisco ha dado continuidad a la doctrina social de la Iglesia que tiene 200 años. Y ha dado un paso más en el Concilio Vaticano II, que fue la adaptación de la Iglesia al mundo actual.

La carta de Sánchez

P.- Se cumple un año de la carta y retiro de cinco días de Sánchez tras la imputación de Begoña Gómez. ¿Qué le pareció aquello?

R.- A mí lo que me preocupa es la venda en los ojos de la ciudadanía. La pasividad de una sociedad que va permitiendo un dislate tras otro. No se aprecia reacción ante una situación de corrupción generalizada que afecta al entorno del propio presidente y a las estructuras de la presidencia. Es un descrédito internacional. Y ya no es una cuestión judicial. Es moral. La corrupción abarca los niveles más altos del partido, el Gobierno y la presidencia. La oposición va a remolque del Gobierno, que tiene siempre la iniciativa y corre cortinas de humo para tapar, reabriendo debates siempre a peor. Lo más grave de todo será que el Tribunal Constitucional acepte la Ley de Amnistía. Será el capítulo final y la apertura de una etapa de desconstitucionalización para un proceso de consulta o referéndum. Fui diputado constituyente. Eso ya se trató en las Cortes Constituyentes y se desestimó. Días antes se había aprobado la Ley de Amnistía y esa decisión fue refrendada por el pueblo español en referéndum. Si el Constitucional acepta la constitucionalidad de la Ley de Amnistía, habrá legitimado el golpe de 2017 y deslegitimado la decisión de las Cortes Constituyentes y el voto en referéndum del pueblo español aprobando la Constitución. Sería el final.