Frente a la polémica iniciada por Celaá

A Pablo Iglesias sí le «pertenecen» sus vástagos: «El Rey y la Reina preguntaron por nuestros hijos»

Pablo Iglesias
Pablo Iglesias e Irene Montero, en el Congreso de los Diputados.

Isabel Celaá provocó un terremoto en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del pasado viernes. La ministra de Educación intentó explicar los argumentos por los que el Gobierno socialcomunista está en contra del ‘pin parental’ y se descolgó con una frase para los anales del recién estrenado Ejecutivo: «No podemos pensar de ninguna de las maneras que los hijos pertenecen a los padres». Una afirmación con la que no deben estar de acuerdo el actual vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, que se han referido en numerosas ocasiones a sus vástagos con el posesivo «nuestros hijos».

Cuando todavía está ‘caliente’ la designación de Dolores Delgado como nueva fiscal general del Estado, cuyo plácet dio el jueves pasado el Consejo General del Poder Judicial no sin una fuerte oposición, surge una nueva polémica –quizá una cortina de humo– a propósito de la propuesta de Vox de introducir el ‘pin parental’ en las escuelas. Una idea para que los padres decidan qué charlas, enfoques, seminarios, etc. pueden o no recibir sus hijos.

La izquierda mediática ha intentado justificar desde el minuto 1 la afirmación de Celaá, citando incluso palabras del Papa. Sin embargo, son numerosas las ocasiones en las que destacados miembros del actual Gobierno se han referido a sus hijos con el posesivo «nuestros».

Los primeros, Pablo Iglesias e Irene Montero. Y el primer ejemplo lo encontramos en el comunicado que hicieron público para agradecer los cuidados y el cariño que recibieron sus hijos, Leo y Manuel, durante la larga hospitalización que sufrieron al nacer prematuramente.

Así agradecían los dos líderes podemitas las atenciones y la muestra de preocupación desde todos los estamos por los dos pequeños. «Han pasado ya dos meses desde que nuestros hijos nacieron prematuramente. Desde aquel 3 de julio en el que llegaron por sorpresa, nos repetimos una y otra vez la misma palabra: vamos».

A lo largo de la carta aparecen más referencias: «La sanidad pública hizo a nuestros hijos hermanos de leche de muchos niños y niñas como ellos. […]  Nuestros hijos tienen hoy dos meses porque nacieron en un país que cuenta con algo mucho más importante que cualquier himno o bandera: un sistema sanitario universal. […] Explicaremos a nuestros hijos por qué vamos a ser siempre leales a lo que les permitió vivir: lo común».

Una de las referencias más llamativas de toda la carta de Pablo Iglesias y Montero fue la referencia realizada a los Reyes de España: «[…] Somos republicanos pero recordaremos que un Rey y una Reina llamaron para preguntar por nuestros hijos y que todos nuestros rivales políticos preguntaron con frecuencia cómo estaban. Somos ateos pero explicaremos a nuestros hijos que nuestros amigos creyentes rezaron por ellos».

Y esas no son las únicas. Durante toda la nota de agradecimiento, a médicos, a personal sanitario, a compañeros de partido, etc. Irene y Pablo siempre se refieren a Leo y Manuel como «nuestros hijos».

De la misma manera, el vicepresidente y la ministra se han referido a la última en llegar a la familia, Aitana. Irene Montero explicaba tras su nacimiento el porqué de su nombre de esta manera: «Quiere ser un homenaje al exilio español y a la América Latina que abrazó a aquellas mujeres y hombres». Montero recuerda que «saliendo de Alicante hacia el exilio que les acabaría llevando a América Latina, María Teresa León y Rafael Alberti se despidieron de su patria mirando por última vez la Sierra de Aitana llena de flores rojas. Aquella visión inspiró primero el nombre de la hija de dos poetas y después los de muchas más hijas, como la nuestra».

 

 

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