España
Crisis del coronavirus

La OCDE cuestiona los test rápidos que Sánchez usa para colarse en el ‘top ten’ del ránking

El Gobierno ha remitido directamente al organismo internacional el número de pruebas realizadas, tanto de PCR como de test de anticuerpos

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El Gobierno de Pedro Sánchez ha conseguido colarse en el ‘top ten’ del ránking de test de coronavirus que ha difundido la OCDE gracias a sumar las pruebas PCR y los test de anticuerpos. Se da la circunstancia de que Sanidad no incluye estas últimas pruebas en su balance diario, por considerar que no son determinantes, y la propia OCDE pone en duda sus resultados y fiabilidad. No obstante, el Ejecutivo sí se sirve de ellas para inflar las cifras y figurar entre los diez primeros países. Algo de lo que se han jactado distintos miembros del Gobierno, incluido el propio Sánchez.

Los datos fueron remitidos al organismo directamente desde el Gabinete de la Presidencia del Gobierno, en manos de Iván Redondo. Una circunstancia inédita. El Ejecutivo ha logrado así que España aparezca por primera vez en el gráfico de países por test realizados. Y esto no es menor para su estrategia en la crisis, ya que se trata de una de las aristas más criticadas por la oposición.

Sin embargo, la propia OCDE considera que los test de anticuerpos no son una prueba definitiva, sino complementaria a los PCR, pruebas sólidas y cuyo procedimiento requiere más tiempo y recursos. El Gobierno las utiliza en cambio para elevar la cifra final y colarse en el ‘top ten’, pese a que cada tipo de prueba cumple una función diferente. Las PCR sirven para detectar contagios y aislarlos y las de anticuerpos, para comprobar la inmunidad de la población.

«Es importante tener en cuenta que estas pruebas no se han desarrollado completamente para el SARS-CoV-2 y su verdadero rendimiento clínico es desconocido», se avisa en el documento ‘Testing for Covid-19: A way to lift confinement restrictions’.

El organismo prosigue explicando que «una prueba negativa no descarta la posibilidad de que un individuo haya sido infectado, y viceversa» y destaca que «la interpretación de estas pruebas requiere una cantidad sustancial de análisis adicional antes de que puedan considerarse listas para su utilización a escala». «A pesar de esto», señala, «algunas autoridades reguladoras han cambiado recientemente su orientación para permitir el lanzamiento de pruebas sin aprobación, siempre que no se utilicen como único diagnóstico».

Estas pruebas se utilizan principalmente para conocer la inmunidad de la población, ya que detectan la presencia de anticuerpos. Pero no indican si la persona está actualmente infectada. Incluso puede que no haya desarrollado la enfermedad.

Paradójicamente, ése es el argumento que utiliza Sanidad para no proporcionar información sobre los contagiados que han sido detectados por esa vía y excluirlos de las tablas diarias de infectados.

«Las pruebas serológicas no son adecuadas para identificar quién debe estar aislado para evitar la propagación de la enfermedad», insiste la OCDE. 

Por el contrario, las pruebas de máxima fiabilidad son las PCR, una técnica «muy sensible y específica», señala el organismo. El PCR, se explica en el dossier, «es actualmente el único medio disponible para detectar la presencia del SARS-CoV-2 en el organismo».

«Estándar de oro»

La OCDE indica que las pruebas serológicas son válidas para determinar la inmunidad de la población, pero señalan también que deben ser «lo suficientemente confiables para su utilización a gran escala». Cuando así sea, permitirán obtener una información «crucial para ajustar las medidas de distanciamiento social».

No obstante, la estrategia prioritaria para este organismo es lo que llama «pruebas, seguimiento y rastreo» y que se basa en las PCR, el «estándar de oro» para determinar el diagnóstico. En este punto, señala que las pruebas rápidas requieren menos tiempo y recursos y pueden por tanto usarse como «confirmación». 

Conocido el ránking, Sanidad ha publicado por primera vez una cifra detallada del número de pruebas: hasta el 23 de abril, 1.035.522 PCR y 310.038 de anticuerpos o test rápidos. 

Según el gráfico, España figura en la octava posición. No obstante, hay que tener en cuenta que la OCDE incluye en la misma serie a los países por criterios distintos: pruebas realizadas, personas testadas y test sin resultados concluyentes. Cifras que no serían comparables. Si se excluyesen las pruebas de anticuerpos, España caería en el ránking.